Según ha indicado, “en los últimos ocho años Cantabria se ha convertido en una región hostil a la inversión y a la innovación”, recordando que ambas estrategias constituyen “las dos palancas de la competitividad”.
En cifras, ha comentado que el PIB industrial de Cantabria lleva cuatro trimestres consecutivos de caída, frente a la tendencia creciente registrada a nivel nacional; con una disminución de la facturación industrial regional en julio de -15,4% anual, 10 puntos porcentuales más que la media española.
También ha señalado la inversión extranjera registrada en 2022 en Cantabria y que según los datos del Instituto de Comercio Exterior no alcanzó los 10 millones de euros, frente los 178 millones de La Rioja, los 298 de Asturias y los 790 de Navarra.
Otro dato aportado ha sido el de las exportaciones de enero a julio de este año, con una tendencia negativa en Cantabria de -1,6% frente al aumento del 3,3% a nivel nacional.
Para revertir esta situación se ha referido al papel de la Administración como ente colaborador, la necesidad de abrir Cantabria al exterior y la cooperación con el sector privado, primando el diálogo, la cercanía y la profesionalidad.