Ginés Ángel García ha recordado los inicios del movimiento por la eficiencia energética en España, haciendo alusión a foros anteriores como el celebrado en 2014, y ha resaltado cómo los CAE han marcado un antes y un después: “Hoy estamos aquí, y no es casualidad que hayamos vuelto a los orígenes, siete años después, con un panorama que se nota en las caras y en el aforo. Y es por los CAE, aquello que nos une a todos hoy en día”.
El presidente de A3E ha defendido que los CAE han sido decisivos por tres razones: “Han visibilizado el ahorro energético, han unido a todos los actores del sector, y han demostrado que este sistema es de todos, por lo que debemos cuidarlo entre todos”. Asimismo, ha insistido en que “el principal beneficiado debe ser siempre el ahorrador, ese ‘sujeto deseado’, porque si el beneficio de los CAE no repercute en quien de verdad ahorra, el sistema pierde su sentido”.
Además, ha anunciado con orgullo el crecimiento de la asociación, que ha pasado de apenas dos asociados en 2018 a 144 en la actualidad. “A3E se ha convertido en un paraguas donde cabemos todos”, ha subrayado, agradeciendo especialmente al equipo de la asociación por su dedicación incansable.
Por su parte, Víctor Marcos Morell ha ofrecido una visión complementaria desde el ámbito institucional, afirmando que la eficiencia energética “además de ser una fuente de competitividad, es también una herramienta de seguridad energética nacional”. Ha destacado que “apostar por la eficiencia no es solo un compromiso climático, es reforzar nuestra seguridad como país, algo difícil de cuantificar en euros, pero de enorme valor”.
El director general ha reconocido el papel del sector privado en la implementación del sistema CAE, especialmente en el ámbito industrial, que ha representado más del 60% de los certificados emitidos. “Llegar al sector industrial no ha sido fácil —ha reconocido—, pero su implicación demuestra que el sistema está funcionando y generando inversiones reales”.
Víctor Marcos también ha subrayado la importancia de medir y verificar los ahorros para consolidar la credibilidad del sistema. “Necesitamos saber cuánto consumíamos y cuánto estamos consumiendo ahora. Esa base objetiva es la que nos permite monetizar el ahorro y generar confianza”, ha afirmado.
En cuanto a los próximos pasos, ha anunciado la creación de un grupo específico centrado en el sector público, mejoras en la plataforma digital y nuevas subastas de ahorro que complementarán el sistema CAE. Ha asegurado que el Gobierno continuará publicando información mensual del sistema y que se está trabajando para hacerla más accesible e interactiva.
Ambas intervenciones han puesto de manifiesto la solidez del trabajo conjunto entre la administración y el sector privado, y han consolidado al Congreso A3E como un foro esencial para avanzar en la transición energética. Como ha recordado Ginés Ángel García en su cierre: “Gracias por ser partícipes de esta primera edición. Os aseguro que será la primera de muchas. Y que podamos seguir gritando aquello que nuestro presidente Manuel Eco dijo tantas veces: la eficiencia energética lo primero”.
Presentación del Primer Observatorio del Sistema CAE
El Congreso A3E ha sido el escenario de la presentación del primer Observatorio del Sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE), una iniciativa que ha aportado por primera vez un análisis cuantitativo, teórico y prospectivo sobre la evolución del sistema en España. Juan Pablo Fernández, socio de Deloitte y Jacobo Portela, manager Deloitte, han sido los encargados de desvelar este nuevo instrumento que busca dotar de transparencia, visibilidad y proyección a uno de los pilares de la transición energética.
El Observatorio ha ofrecido una estimación del crecimiento necesario del sistema para alcanzar los objetivos de ahorro marcados hasta el año 2030. “Hemos proyectado, en un ejercicio teórico, cómo debería evolucionar el mercado de CAE para cumplir con las obligaciones comprometidas”, han explicado los ponentes. A partir de datos reales y simulaciones basadas en regresiones lineales, han estimado que el volumen de solicitudes de ahorro debería incrementarse un 45% anual para alcanzar una equivalencia de 17.500 GWh en 2030. “Es un reto ambicioso, pero alcanzable si se mantiene el impulso actual”, han afirmado.

La presentación ha puesto de relieve que el sistema CAE, aunque aún joven, ha consolidado un mercado en expansión. “El crecimiento es real y sostenido. Se ha evidenciado un mercado activo, industrializado, y con un papel protagonista en el ahorro energético del país”, han señalado. Además, han insistido en la necesidad de seguir divulgando el sistema: “Es importante que todos los sectores, especialmente los más pequeños, lo interioricen y lo perciban como una herramienta útil, cercana y accesible”.
Uno de los aspectos clave abordados ha sido la comparación internacional. “Nos hemos mirado en el espejo del sistema francés, que calcula el ahorro acumulado en el tiempo, y del italiano, que sufrió un parón a mitad de la década pasada tras ciertos cambios normativos”, han expuesto. Estos casos han servido para subrayar dos lecciones: la importancia de ofrecer certidumbre normativa y la necesidad de mantener el rigor técnico y la trazabilidad de los ahorros en el tiempo.
Los ponentes también han aprovechado para alertar sobre algunos cuellos de botella del sistema español, especialmente para los proyectos más pequeños. “Hay trámites como el pago del ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales) que resultan desproporcionados en relación al importe del ahorro. Necesitamos procesos más sencillos y digitales”, han reclamado.
En esa línea, se ha anunciado el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas. Entre ellas, destaca PICAE, una plataforma que se presentará el próximo 2 de julio y que permitirá la captación de precios y la digitalización del proceso de forma accesible para todos los actores, especialmente los más pequeños. “La digitalización debe ser la aliada del sistema CAE. No solo mejora la eficiencia administrativa, sino que también democratiza el acceso”, han defendido.
Finalmente, el Observatorio se ha revelado como una herramienta que permitirá no solo monitorizar el presente, sino anticipar el futuro del sistema. “La clave estará en mantener la transparencia, reforzar la confianza del mercado y asegurar que el esfuerzo de ahorro llega a quien debe: al consumidor final”, han concluido.
El mercado «no vatio»
El Congreso A3E ha contado con una ponencia clave a cargo de Jacobo Llerena, subdirector general de Eficiencia y Acceso a la Energía del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), quien ha trazado una hoja de ruta ambiciosa y transformadora para el futuro del sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE). Su intervención ha apostado decididamente por la innovación, el fortalecimiento del mercado del ahorro energético y la consolidación del CAE como motor económico y ambiental.
Llerena ha comenzado con una reflexión provocadora: “¿Vamos a seguir haciendo lo de siempre o vamos a innovar de verdad?”. Y ha respondido con ejemplos concretos, como el lanzamiento de subastas de ahorro energético como fórmula innovadora para alcanzar objetivos exigentes y movilizar recursos del Fondo Nacional de Eficiencia Energética con mayor agilidad y eficacia. “El sistema CAE interviene como mecanismo de certificación ágil en esas subastas, gracias a su rapidez y trazabilidad. Estamos hablando de un ‘CAE subprima’, un CAE diseñado para nuevos retos”, ha explicado.

Una parte central de su exposición ha estado dedicada a la medición económica del ahorro: “Pasamos de hablar de kilovatios hora, que nadie entiende, a hablar de euros, que todo el mundo comprende”, ha afirmado. Llerena ha insistido en que este enfoque económico es clave para que tanto ciudadanos como empresas valoren las inversiones en eficiencia. “Cuando una empresa ve que instalar una bomba de calor o cambiar un motor eléctrico se traduce en ahorro monetizable, lo entiende enseguida”.
Además, ha introducido el concepto del «mercado del no-vatio», una propuesta innovadora que consiste en comparar el coste del ahorro energético frente al coste del consumo, generando señales de precio que pueden llegar a competir —o al menos influir— en el mercado eléctrico o del gas: “Si el no-vatio induce a reducir el coste de la electricidad o el gas, entonces habrá triunfado”.
Otro eje clave ha sido el rigor técnico del sistema. Ha defendido la flexibilidad y revisión constante de las fichas de ahorro: “Las fichas están vivas. No están escritas en piedra, y pueden cambiarse cuando no funcionan o se quedan desfasadas. Eso requiere inversión neuronal, análisis técnico y adaptación continua”. También ha subrayado la importancia de los agentes verificadores como garantes de calidad técnica e independencia del sistema.
En cuanto a la inspección y control, ha sido claro: “El 98% de los operadores están haciendo bien su trabajo, pero el 2% restante necesita una señal clara: si hay fraude o actuación contraria a derecho, habrá sanción, con el mayor tipo sancionador, hasta el final. Pero quien trabaja bien, debe sentirse premiado”.
Llerena también ha destacado el trabajo que se está haciendo con administraciones públicas, comunidades autónomas y ayuntamientos para facilitar que puedan monetizar sus ahorros energéticos, especialmente en rehabilitaciones o mejoras en edificios. “Estamos desarrollando criterios sólidos para permitir que el ahorro generado pueda salir al mercado, utilizando para ello la Ley de Patrimonio de 2003”, ha aclarado. Ha explicado que este ahorro, al ser considerado bien patrimonial, puede subastarse o ser objeto de concesión.
En cuanto a impactos del sistema CAE en 2024, ha compartido datos muy relevantes: “El sistema ha generado un impacto en el PIB de 700 millones de euros, ha contribuido a mitigar la inflación en tres puntos básicos, ha impulsado la creación de más de 2.200 empleos y ha movilizado inversiones por encima de los 400 millones. Además, ha mejorado la balanza comercial y ha reducido el gasto público”.
Llerena ha finalizado con una llamada a seguir innovando con seriedad: “La eficiencia energética no solo es ahorro, también es inversión, competitividad, control del gasto y descarbonización. Si seguimos trabajando con rigor, podemos cambiar muchas cosas”.