En él, se revela que un 31,9% de los conductores se plantearía hoy la compra de un vehículo eléctrico, ya sea híbrido enchufable (22%) o 100% eléctrico (9,9%). Sin embargo, el sector aún se enfrenta a importantes barreras: el elevado precio (47,9%) y las limitaciones en la autonomía (42,4%) son los principales obstáculos citados por quienes descartan esta motorización.
El principal aliciente para quienes sí están interesados en adquirir un vehículo eléctrico es el ahorro en combustible (34,2%), por encima incluso de razones medioambientales (22,9%) o normativas como las restricciones por zonas de bajas emisiones (16,9%). La confianza en la tecnología también va en aumento: el 75,2% de los actuales propietarios de un eléctrico volvería a optar por esta opción, lo que indica una experiencia de uso generalmente positiva. No obstante, los puntos de recarga siguen generando dudas: el 46,2% afirma que muchos no están operativos o presentan problemas, y el 51,2% denuncia la falta de información clara sobre la red de carga.
En este contexto, las ayudas gubernamentales resultan determinantes. Un 37,8% no compraría un eléctrico sin ayudas oficiales, mientras que un 41,7% tiene dudas al respecto. La mayoría (44,4%) considera que la medida más eficaz para fomentar su compra serían las subvenciones directas en el momento de adquisición.
Cambios en el comportamiento de los compradores
El estudio, que se basa en una muestra de 5.000 entrevistas online a personas mayores de 18 años con carnet de conducir, también pone de manifiesto una transformación en el proceso de compra de vehículos en general. Casi 1 de cada 5 españoles (19,6%) tiene intención de adquirir un coche en los próximos 12 meses, y en el 85,8% de los casos será un coche nuevo. El principal detonante de esta decisión es la antigüedad o las averías del coche actual (33,2%), seguido por necesidades familiares o de espacio (18,3%) y el deseo de reducir el consumo (13,3%).
En cuanto al tipo de coche, el híbrido no enchufable lidera las preferencias (37,9%), seguido por el gasolina (36,4%) y los híbridos enchufables (22%). El perfil del comprador tiende a repetir motorización, lo que refuerza la idea de fidelización por tipo de propulsión.
El concesionario, todavía clave pero en transformación
Aunque el concesionario sigue siendo el canal de compra principal (78,2%), pierde peso respecto a años anteriores (93,9%). La visita física al concesionario también ha caído como fuente de información decisiva: un 40,4% de los futuros compradores la considera influyente, frente al 69,5% de los compradores anteriores. En contraste, ganan relevancia la web del concesionario (16,9%), las páginas de las marcas (18,2%), los comparadores de precios (9,9%) e incluso los influencers del mundo del motor (5,3%).
Pese a estos cambios, el 95,9% de quienes prevén comprar un coche este año visitará un concesionario y la experiencia sigue recibiendo una alta valoración media de 7,9 puntos sobre 10, destacando el trato, la atención personalizada y el asesoramiento técnico como factores clave. La prueba de conducción (test-drive) es un aspecto especialmente valorado, y su ausencia es uno de los principales puntos negativos citados por quienes tuvieron una experiencia regular o mala.
Drivers de compra y preferencias
El precio sigue siendo, con diferencia, el factor más determinante a la hora de elegir un coche nuevo (21,6%), seguido por la seguridad (11,3%) y el tipo de motorización (8,4%). La experiencia en el concesionario solo influye directamente en el 2,8% de los casos, lo que subraya la necesidad de reforzar su papel más allá de lo puramente comercial.
El proceso de compra empieza, en la mayoría de los casos, con una decisión poco definida: solo el 24,6% tiene claro el modelo y la marca desde el inicio, mientras que un 35,9% parte de una idea general (SUV, eléctrico, etc.) y explora opciones. El resto comienza sin preferencias claras y busca información activa.
Compra online: oportunidad aún limitada
Aunque las plataformas digitales ganan terreno en la búsqueda de información, la compra 100% online aún genera recelos. Un 71,1% de los encuestados no se sentiría cómodo adquiriendo un coche sin ver ni probarlo antes. Entre los que ya lo han hecho (9,2%), la mitad no repetiría la experiencia. El principal freno es no poder ver el coche en persona (66,9%), seguido por la desconfianza en hacer una compra tan costosa por internet (49,8%).
El estudio de FACONAUTO muestra un mercado en transición, donde el vehículo eléctrico aumenta su presencia en las intenciones de compra pero aún necesita superar retos estructurales como el precio, la autonomía y la infraestructura de carga. Mientras tanto, el concesionario, aunque sigue siendo el canal principal de venta, deberá adaptarse a un consumidor cada vez más digital, informado y exigente, que valora la experiencia omnicanal y demanda más flexibilidad, asesoramiento técnico y promociones personalizadas. La clave para el futuro estará en integrar tecnología, experiencia de cliente y sostenibilidad para responder a una demanda en evolución.