REPORTAJE

Córdoba, epicentro de la industria joyera nacional, que aúna tradición e innovación

Córdoba aloja el parque joyero industrial más grande de Europa, con 140.000 metros cuadrados de recinto que acogen a 260 empresas. También incluye en sus instalaciones el Centro de Referencia Nacional (CRN) de Joyería y Orfebrería. No en vano, hoy en día, la joyería cordobesa representa nada menos el 60% del volumen de producción total nacional. ¿Por qué se da esa concentración?

“La joyería es el sector industrial más importante de la ciudad de Córdoba por su historia, su tradición, su arraigo, su calidad y por su peso específico en la estructura productiva local. Del total de los establecimientos de la industria joyera en Andalucía, más del 80% se concentra en nuestra ciudad, en la que se contabilizan más de 1.300 empresas”, declara a este medio de comunicación Milagrosa Gómez, presidenta de la Asociación de Joyeros de Córdoba.

Pero más allá de los datos, hablar de joyería en Córdoba, es hablar de historia, es hablar de ciudad de plateros, porque en Córdoba se ha trabajado el oro y la plata desde el nacimiento de los metales, afirmación avalada por los hallazgos encontrados que van desde la orfebrería celtíbera del siglo II a.C. a las producciones romanas de adornos personales, útiles de tocador y joyas, como los collares o los anillos con engarces y entalles; joyas visigodas; y las numerosas piezas de Al-Ándalus.

“Córdoba tiene una cuestión que no podemos olvidar: Sierra Morena, con sus minas de plata y oro. Generaciones y generaciones se han dedicado aquí a la actividad de la joyería, desde la propia prehistoria…”, confirma a industry TALKS Mariano Romero Juárez, director del CRN cordobés. Esa tradición ha ido pasando de una cultura a otra y ese saber hacer ha llegado hasta nuestros días, añade.

Los CRN son una referencia para el conjunto del sistema de la Formación Profesional, tanto para los centros de formación para el empleo, como para los centros del sistema educativo. Son de ámbito estatal, están presentes en las distintas comunidades autónomas y son punteros cada uno en su área y promueven aquellas medidas y programas de investigación que sean precisos para atender las necesidades de los sectores emergentes e innovadores.

Pero ¿por qué se pasa de ese sistema artesano y milenario a una producción industrial? “Porque había que reinventarse, porque hay que ser competitivos”, reconoce Romero. La joyería española no puede competir en mano de obra con Vietnam o China, por poner dos ejemplos, pero sí en términos de calidad, directamente en diseño, “y eso se consigue a través de un sistema de industrialización que hace que los procesos productivos sean los más rápidos posibles y los menos costosos”.

“La joyería de Córdoba ha sabido explorar nuevos ámbitos de desarrollo sin perder su esencia, produciéndose un proceso de transformación desde la producción artesanal a la industrial, sustentado en actores y entidades que vienen jugando un papel esencial”, atestigua Gómez.

La Asociación de Joyeros de Córdoba, el Parque Joyero de Córdoba o la Escuela de Joyería de Córdoba de la Junta de Andalucía, Centro de Referencia Nacional de Joyería y Orfebrería de Córdoba, han contribuido a ese notable cambio en los métodos de producción de la gran parte de las empresas del sector, estima Gómez. “Pasamos del mundo artesanal al mundo industrial, con una gran infraestructura, nueva maquinaria y equipamiento”.

“Esta capacidad de transformación, modernización y adaptación muestra un sector dinámico capaz de abordar nuevos retos en relación con la sostenibilidad, la digitalización o el necesario relevo generacional, entre otros. El despliegue tecnológico y de nuevas instalaciones y medidas que conllevan estos retos supone igualmente una oportunidad que resulta de especial interés para la industria joyera de Córdoba en línea con la visión europea de liderazgo industrial ligado a la denominada «revolución de las tecnologías limpias”, añade.

La transformación del sector se ha sustentado en tres patas: el diseño, las nuevas tecnologías y la internacionalización.

En este proceso de transformación, la innovación resulta fundamental. “Hay un cambio en relación con el tipo de joyería que se vende. Ya no se vende por peso”, informa Romero. La adaptación también es radical en el uso de nuevos materiales, dado que los clientes van cambiando, incluyendo cada vez más a gente joven. Hablamos de cuero, metacrilatos, aunque siguen primando los metales preciosos (oro, plata), los brillantes, las perlas… Córdoba es, además, fabricante de marca blanca, tanto de compañías nacionales como internacionales, como Tous, Aristocrazy, Suárez, Inditex… Romero cuenta que una empresa de una localidad cercana a París se trasladó al CRN de Córdoba porque en Francia no encontraban mano de obra cualificada en el área joyera.      

La innovación implica “mejoras en los procesos, formación continua, impulsando nuevas tecnologías”, asegura Juan José Gil, director de Sikno, una empresa joyera asentada en Jerez de los Caballeros (Badajoz). “Hemos sido siempre pioneros en implantar nuevos equipos como diseño e impresión 3D, utilización de laser para producción, adecuación de nuestros equipos de fundición para mejorar la eficiencia energética y la calidad. Sabemos que la innovación es un trabajo diario, constante y sin fin que nos ayuda a posicionar nuestras joyas en un lugar privilegiado”, afirma. La innovación engloba no solo a los procesos y al producto sino también al marketing y a la organización.

Dentro del sector, la calidad de la materia prima es fundamental. Se suelen utilizar materiales provenientes de recursos naturales, por lo tanto, finitos. Esta limitación dificulta la promoción de la actividad sostenible. Trabajar con procesos para la extracción de dichos recursos limitados de la forma más sostenible posible supone un reto para la industria joyera.

Según los datos ofrecidos a este diario por la Asociación Española de Joyería, Platería y Relojería (AEJPR), el sector contaba en 2023 con 9.202 empresas (2.077 de producción y 7.125 de retail) que dan trabajo a 30.977 personas (11.854 en producción y 19.123 en retail) y generaron unas ventas de 4.068 millones de euros (1.632 millones en producción y 2.436 millones en retail).

El saldo comercial arroja cifras positivas pues el valor de las exportaciones de este sector fue de 432 millones de euros y el de las importaciones de 411 millones, según AEJPR. Estos datos se refieren únicamente a joyería y orfebrería y no incluyen materias primas como oro o plata, gemas, piedras preciosas y relojes.

“En España la fabricación de joyería/bisutería ha ido decreciendo los últimos diez años; geográficamente se distribuyen entre Menorca, Córdoba, Madrid y Barcelona, aunque también hay fabricantes fuera de estos territorios como Sikno aquí en Extremadura”, desvela Gil.

Fuente: Statista.

Frente a esto, la situación en el Parque Joyero de Córdoba aparece positiva. En 2023 ha alcanzado una cifra récord su nivel de ocupación empresarial, facturando 750 millones de euros.  La marca cordobesa está consolidada.

“La joyería vive un gran momento en Andalucía, sobre todo en materia de fabricación”, remarca Mariano Romero.

En España, según un informe de la empresa de análisis de mercados Businesscoot elaborado en 2023, “las señales de actividad indican una fuerte recuperación” tras la pandemia del COVID-19.

Esos datos son los que maneja el director general del Colegio Oficial de Joyeros, Orfebres, Relojeros y Gemólogos de Cataluña (JORGC), Joan Ignasi Moreu, consultado al respecto por industry TALKS.

Habitualmente las empresas de joyería están formadas como media por menos de 10 personas (son pues micropymes), excepto algunos fabricantes localizados en Córdoba o Madrid. Sikno también es una excepción. “Las campañas del Día de los Enamorados, del Padre, de la Madre y Navidad son prácticamente el 70% de nuestra producción con lo que debemos tener muy compensadas las plantillas para poder atender los meses de alta demanda y compensar la de baja. Nuestro mayor problema es el envejecimiento de nuestras plantillas y la falta de cualificación y formación de las nuevas incorporaciones”, admite Gil.

En materia de formación, los cambios han sido profundos. “Las categorías profesionales han ido cambiando en función del cambio de la producción y de la industrialización”, subraya Romero. “Al Centro están llegando alumnos de toda España porque hay trabajo. Las clases están totalmente llenas. Tenemos más empresas que demandan alumnos en prácticas que alumnos que podamos mandar”, dice.

RETOS Y OPORTUNIDADES

¿Cuáles son los retos y las oportunidades de esta industria?

Habla la directora general de la AEJPR, Giovanna Tagliavía: “La situación geopolítica, la escasa colaboración público-privada y el peso de normativas repelen la inversión que cualquier actividad empresarial debería atraer y esto nos deja más retos y desafíos que oportunidades. Nuestro sector está dominado por empresas pequeñas, al igual que todo el sector manufacturero, pero son las grandes las que aportan más valor añadido y la redimensión de la industria debería ser un objetivo para cualquier gobierno, pero, para ello, se necesita una estrategia política en el marco de la Unión Europea que pise la realidad”.

En cuanto a las oportunidades, sostiene Tagliavía, “es un hecho que la Humanidad, desde sus orígenes, ha valorado el adorno, más cuando es escaso como lo son los metales nobles o las gemas; sin embargo, somos lectores de nuestro tiempo y, hemos detectado que es el propio consumidor quien da un valor diferencial a la joya respecto a otro complemento, aunque su precio sea similar. Hoy el mercado ofrece joyas que tienen el mismo precio que una camisa, pero el comprador sabe que un metal noble y una gema son eternos”.

“La subida del precio del oro nos ha permitido hacer diseños mucho más libres usando gemas con plata, metal que ha incrementado su consumo; el mundo es más global, lo que nos perjudica en algunos casos, pero nos permite la omnicanalidad; el comercio online abre una vía nueva, aunque, todavía en joyería, el cliente espera que esté respaldado en una tienda física”, opina la representante de la Asociación.

“También es cierto que tenemos que hacer un mayor esfuerzo por explicar lo que hacemos; el periodismo profesional ha sido sustituido muchas veces por influencers que tienen, como dice su nombre, influencia en los consumidores, aunque no siempre el mismo conocimiento de los profesionales. La adaptación es inevitable”, explica Tagliavía

El mayor hándicap son los altos precios de las materias primas, en opinión de Romero, que suelen venir de fuera. “El oro se ha convertido en un valor de moneda, en un refugio financiero”, sostiene.

Sikno emplea corte por laser para el desarrollo de sus productos.

“Los retos son varios”, considera, por su lado, el director de SIkno. “El primero: las subidas de los metales preciosos con cotizaciones en máximos históricos; nunca se había llegado a estos niveles de precios en el oro y la plata. Otro reto importante que es común a otros sectores son las importaciones desde fuera de Unión Europea que incumplen las legislaciones europeas en materias de prácticas éticas, sociales, derechos humanos, ambientales y de durabilidad del Producto. La falta de formación a la hora de rejuvenecer nuestras plantillas es otro reto para solucionar lo antes posible”, señala.

En cuanto a las oportunidades, Gil se refiere a las derivadas de la concienciación del consumidor europeo sobre la sostenibilidad en la joyería. “Ya se aprecia una tendencia creciente sobre todo en países de Europa del Norte; esperemos que ocurra lo mismo en el sur del continente…

Otra oportunidad, declara Gil, es el crecimiento de la clientela en países extracomunitarios como Estados Unidos, Japón, Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí. que demandan un producto de calidad y durabilidad, con diseños muy elaborados sobre todo en alta bisutería. “Y sobre todo las posibilidades que da estar certificados en Código de Buenas Prácticas (COP) y de Trazabilidad de la Cadena de Suministro en Metales Preciosos (COC), que nos da la trazabilidad hasta llegar al origen conocido y responsable; estos certificados son auditados por certificadoras externas y los emite el Responsible Jewellery Council (RJC). Y que en España el COC solo lo tenemos 4 fabricantes”.

La apuesta por la sostenibilidad es indudable. Si no se cumplen con los requisitos de certificación de medioambiente, es complicado trabajar, admite Romero.  

Empresas como Sikno poseen certificaciones RJC, ISO 14001 (Gestion Medio Ambiente) y trabajan para reducir la huella de carbono e impulsar el autoconsumo energético. Esas certificaciones ayudan a implementar un sistema de gestión enfocado a la disminución de residuos y al reciclaje en los metales. También se usan aguas depuradas para los procesos productivos. O acabados que aseguran una durabilidad mayor, desarrollando baños galvánicos de mayor calidad y cumpliendo la normativa Reach.

PETICIONES A LA ADMINISTRACIÓN

¿Qué le pide el sector a la Administración?

Giovanna Tagliavía lo tiene claro: “Colaboración público-privada. Si le preguntara a cada uno de los ministros españoles, o a los de las Comunidades Autónomas, o a los comisarios europeos qué saben de la joyería, de sus problemas, me temo que no sabrían responderle. Es la capacidad para escuchar lo que permite, después, decidir bien. Nuestra actividad empresarial está regulada en Industria, en Comercio, en Economía, en Interior, en Consumo, en Asuntos Exteriores… ya ve, en muchos Ministerios. Y nuestros problemas están en todos ellos, nos falta que alguien introduzca todos los problemas en una misma bolsa para coordinar soluciones”.

La presidenta de la AEJPR lanza peticiones muy concretas:  

  • Armonización europea de las marcas de los metales preciosos, estableciendo un procedimiento de reconocimiento de las marcas de otros países, si fuera el caso.
  • Liberalización del fabricante ante la obligatoriedad del contraste
  • Liberalización de obligaciones al sector comercial en materia de blanqueo, posibilitando las ventas online sin tener que identificar al cliente
  • Un instrumento jurídico más eficaz contra la publicidad engañosa
  • Formación específica de los inspectores de consumo
  • Creación de una marca de joyería europea respecto a la asiática o americana
  • Deducción fiscal adicional a los gastos por la obligatoriedad de las medidas de seguridad
  • Información institucional y gratuita sobre requisitos de los mercados exteriores.

“Son muchas las peticiones y muy difícil que las instituciones las afronten sin coordinación porque están inextricablemente relacionadas y hay que dedicarle tiempo y esfuerzo no sólo técnico sino especialmente, político y, tal vez, nuestros políticos están en un ring de boxeo diferente al nuestro”, concluye Tagliavía.

FUTURO

¿Hacia dónde va el sector? Según la consultora McKinsey, se aprecian tres tendencias:

1.- Auge de las marcas

La joyería de marca continuará ganando protagonismo, con una tasa de crecimiento anual compuesta prevista del 8% al 12%. Considerando, además, que los precios de la joyería de marca pueden ser unas seis veces más altos que los de los productos sin marca, la liza se intensificará a medida que las marcas compitan para ganar clientes que se vuelvan hacia marcas que reflejen sus distintos puntos de vista.

2.- Digitalización

Replicar la experiencia de compra de joyería en entornos digitales no es fácil y es probable que esto haya frenado la proyección online del sector. Sin embargo, se prevé que la venta electrónica represente entre el 20% del mercado en 2025. El reto será crear propuestas con capacidad para conectar lo humano (la emoción, el servicio al cliente y la sensación de magia) con lo digital.

3.- Sostenibilidad

La preocupación por la sostenibilidad está cada vez más extendida entre los consumidores y esto quiere decir que las compras de joyería van a verse cada vez más condicionadas por esta circunstancia. De hecho, se calcula que para 2025 entre el 20 y el 30% de las ventas mundiales estarán influidas por el “factor sostenibilidad”. Y esto se traduce en una necesidad imperiosa de avanzar hacia la trazabilidad total y la transparencia en las cadenas de suministro, para ganarse la confianza de los consumidores, sobre todo de los más jóvenes.

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