TRIBUNA

Contratar con un centro especial de empleo la formación bonificada a empresas, otra forma de cumplir la Ley General de Discapacidad

Redacción

ENVERA

Con el fin de facilitar la integración laboral de las personas con discapacidad, las empresas con más de 50 trabajadores están obligadas a tener en su plantilla, como mínimo, un 2% de trabajadores con discapacidad. Pero si la empresa justifica que por razones organizativas, productivas o técnicas no puede incorporar a estos profesionales con un certificado de discapacidad del 33% o superior, puede solicitar a la Administración autonómica un certificado de excepcionalidad válido por tres años, que les obliga a aplicar una o varias medidas alternativas como es contratar un servicio a un centro especial de empleo (CEE), donde se crean los puestos de trabajo que ellos no pueden. Entre estas prestaciones de servicios se encuentra la gestión de la formación bonificada a la que cada vez recurren más compañías.

La formación bonificada es una herramienta mediante la cual las empresas proporcionan a los trabajadores la oportunidad de realizar cursos relacionados con su puesto de trabajo. Esta formación es gratuita para los empleados, y las empresas pueden obtener una bonificación cuyo importe depende de varios factores, entre ellos el número de empleados. Así, de 1 a 9 trabajadores se bonifica el 100%; de 10 a 49 trabajadores, el 75%; de 50 a 249 trabajadores, el 60%, y para las grandes empresas con más de 250 trabajadores, el 50%.

En España, la formación bonificada en 2023 alcanzó los 5,6 millones de participantes en cursos programados, un 6% más que en 2022, de acuerdo con el informe anual que publica la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE), y las empresas que realizaron formación bonificada en nuestro país fueron 343.828, totalizando 73 millones de horas de enseñanza.

Jorge Rico, director comercial de Envera, explica que “al elegir un centro especial de empleo (CEE) para gestionar esta formación no solo se opta por una formación de calidad, sino que también se cumple con la Ley General de Discapacidad (RD 27/2000) al promover la inserción laboral de personas con discapacidad”.

De esta manera, las empresas pueden contratar la formación programada, que se bonifica a través de los créditos de formación profesional que gestiona FUNDAE. Esto implica que la compañía podrá recuperar parte del coste de la formación a través de bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social, siendo un servicio muy rentable.

Asimismo, con un CEE también pueden gestionar los permisos individuales de formación (PIF), que es el que la empresa concede al trabajador para la realización de una formación que esté acreditada oficialmente. Y de la misma manera pueden contratar formación privada, donde se incluyen el resto de las enseñanzas que bien no cumplen los requisitos para ser formación bonificada o que la empresa decide no bonificar, pero que al contratarlas con un centro especial de empleo está impactando en su responsabilidad social y en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 8 y 10 que apelan al trabajo decente y crecimiento económico, así como a la reducción de las desigualdades.

Jorge Rico da algunos datos: “En el año 2023, Envera ha gestionado más de 900 cursos, que equivalen a unas 7.000 horas de formación, que, a su vez, han contribuido al desarrollo profesional de más de 5.000 trabajadores de sectores tan diversos como el de la ingeniería, la aeronáutica, el farmacéutico o el software digital, posicionándonos como un aliado estratégico para las empresas que buscan promover la integración laboral de personas con discapacidad al tiempo que forman a sus trabajadores. De esta manera, colaborar con el centro especial de empleo de Envera no solo facilita el cumplimiento de las medidas alternativas que contempla la LGD cuando la contratación directa no es viable, sino que también te ofrece otros beneficios y valor añadido”.

Según el directivo de Envera, el éxito de este servicio reside en “entender que cada empresa es única, y ofrecer servicios formativos a medida, ajustados a las necesidades específicas de cada organización empresarial: desde cursos técnicos hasta formación más transversal, incluyendo plataforma e-learning, tutorización y consultoría especializada. Además, y muy importante, es que liberamos a la empresa de toda la burocracia asociada a la bonificación de cada curso, permitiendo un considerable ahorro tiempo a los departamentos de Recursos Humanos, Personas o Gestión del Talento, y que éstos se puedan enfocar en otras prioridades”.

Sin duda, otra manera de hacer de una ONG de atención a la discapacidad un aliado clave para la mejora de la gestión de la formación en las compañías al capacitar a los distintos equipos de manera responsable.

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