Los materiales compuestos tienen unas características de resistencia y ligereza, alta cadencia de producción y coste competitivo que les convierten en muy codiciados para este segmento industrial, aunque “todavía queda mucho por hacer para superar retos”.
Galindo enumeró los cinco pilares básicos para sustituir una pieza metálica por un material compuesto en un vehículo:
- Rediseño de la pieza: geometría fabricabilidad y ecodiseño.
- Diseño de la línea productiva: qué pasos son necesarios en materia de robótica y/o Inteligencia Artificial.
- Integración con el resto de los componentes: soldadura, unión mecánica, adhesiva. Muy importante.
- Sostenibilidad: materiales reciclados o biobasados; reducir la huella de carbono del vehículo, dado que la industria basada en combustibles fósiles está en vías de extinción y dado que la legislación es muy específica con respecto a reciclaje
- Precio: análisis de costes.
También se refirió a los requisitos técnicos específicos de los composites, dividiéndoles en dos tipos:
- Necesarios:
- Resistencia mecánica.
- Resistencia al fuego (carcasas de las baterías ignífugas).
- Apantallamiento electromagnético (que no interfiera con otro vehículo).
- Deseables:
- Superficies autolimpiables o antimicrobianas pata coches sharing.
- Superficies autocalefactables para reducir la energía consumida en calefacción.
- Integración de sensores para monitorizar la integridad del componente.
- Generación de energía en la envolvente del vehículo.
A modo de conclusión, la ponente declaró que los “materiales compuestos son una alternativa muy estudiada para la automoción”.