En este aumento de la producción eléctrica renovable ha tenido mucho que ver la energía solar fotovoltaica, que ha crecido un 47,5% más que el año anterior, hasta los 5.364,2 GWh; y la eólica, que ha contribuido generando un 7,5% más de electricidad, alcanzando los 7.266,7 GWh.
También se incrementa, aunque en menor medida, la generación eléctrica procedente de la termosolar un 1,9%, hasta situarse en 2.239,9 GWh; mientras que se ha reducido la aportación de la hidráulica un 9,6%, produciendo 507,3 GWh y la biomasa un 3,7%, situándose en 1.794,6 GWh.
Asimismo, gracias a este mayor aporte renovable, la generación eléctrica de origen fósil va quedando relegada, lo que también tiene su reflejo en las emisiones de dióxido de carbono por unidad de generación eléctrica, que continúan su tendencia descendente, de manera que se redujeron un 13,2% en comparación con 2020, hasta las 210,2 toneladas de CO2 por gigavatio hora producido, avanzando en la descarbonización del sistema energético andaluz.
De igual modo, las fuentes limpias copan el parque generador andaluz donde, por primera vez, el 51,7% del total de la potencia eléctrica instalada es renovable (frente al 46,1% del año anterior), alcanzando los 8.940,8 MW, debido, principalmente, a los cerca de 800 nuevos MW de potencia instalada de solar fotovoltaica y el cierre definitivo de la central térmica de carbón Litoral de Almería en diciembre de 2021.
Además, la recuperación de la actividad económica en Andalucía en el año 2021 y el fin de las restricciones a la movilidad a causa del COVID han traído consigo un importante aumento del consumo de energía.
Según los datos facilitados por la Agencia Andaluza de la Energía, este incremento se concentra fundamentalmente en las energías renovables, que aumentan un 23,3%, con un consumo de 1.014,4 ktep, y en los derivados de petróleo, cuyo consumo crece un 15,6%, hasta los 7.060,8 ktep, ligado principalmente al sector del transporte. Por otro lado, se reduce el consumo de energía eléctrica un 2,2% (63,2 ktep) situándose en 2.854,7 ktep.
En cuanto a la industria la demanda de energía aumenta un 8,7%, con un peso dentro de la estructura de consumo sectorial del 31,8%, alcanzando los 4.092,4 ktep. Es destacable el crecimiento del uso de la biomasa para la producción de energía térmica, un 84,7% más que el año anterior, hasta los 404,6 ktep.