La entrada en vigor de esas bases reguladoras permitirá publicar en los próximos días la primera convocatoria de este tipo de incentivos acogida a las nuevas reglas aprobadas que, además de contemplar esas materias de investigación, también incorporan, como novedades, la agilización y simplificación de trámites para reducir la carga burocrática o la presentación de proyectos coordinados para favorecer la cooperación entre equipos de investigación.
Estas ayudas están dirigidas a universidades andaluzas y a organismos, centros, institutos o fundaciones de I+D+I y de innovación públicos o privados y se concederán en régimen de concurrencia competitiva. Para optar a las mismas es obligatorio que los destinatarios estén calificados previamente como agentes del sistema andaluz del conocimiento. Se podrán subvencionar dos modalidades de proyectos de investigación. La primera hace referencia a la investigación básica o fundamental y contempla trabajos experimentales o teóricos que pretenden mejorar las teorías científicas existentes y obtener nuevos conocimientos en un área determinada del saber.
La segunda categoría engloba tanto a la investigación aplicada, que busca usar los nuevos conocimientos en la consecución de objetivos prácticos específicos, como al desarrollo experimental, que tiene como finalidad producir, a partir de la investigación o la experiencia práctica, nuevos productos o procesos o bien mejorar los ya existentes. Precisamente en este segundo apartado es donde se fijan las grandes áreas de actuación: sociedad inteligente, resiliente y saludable; agrotecnología; recursos naturales (minería y ciclo del agua); industrias tractoras y transición ecológica.
Estos cinco ámbitos se corresponden con los principales entornos de especialización definidos en la Estrategia de Especialización Inteligente para la Sostenibilidad de Andalucía 2021-2027 (S4 Andalucía). También se identifican con los sectores o cadenas de valor sectorial en los que Andalucía dispone de un potencial diferencial de desarrollo, ya sea por disponibilidad de recursos materiales y humanos o por su tejido empresarial y actividades de investigación e innovación. Entre las prioridades marcadas se incluirán actuaciones de investigación tendentes al fomento de soluciones sostenibles, eficientes y competitivas que incidirán en la economía circular en relación con las materias primas críticas o en la resiliencia y adaptación frente al cambio climático.
El presupuesto máximo de las iniciativas objeto de subvención no podrá exceder de 300.000 euros y el plazo de ejecución para desarrollar las actividades aprobadas será de tres años. Asimismo, la asignación que se otorgue con esta línea de ayudas podrá llegar a alcanzar hasta el 100% del coste de la actividad. Así, los proyectos deberán estar dirigidos, con carácter general, por una persona investigadora principal en posesión del título de doctor y el equipo podrá estar conformado por personal investigador predoctoral, posdoctoral y por perfiles técnicos de apoyo con titulación universitaria y de Formación Profesional.
Además, las entidades interesadas podrán concurrir a la convocatoria presentando trabajos individualizados o coordinados mediante la cooperación de hasta un máximo de seis equipos de investigación. En estas iniciativas coordinadas primará la agregación de capacidades de las entidades y el intercambio de conocimiento entre disciplinas y entre sectores.