La norma pretende acabar con la visión extendida de que los polígonos, en una gran mayoría, no se adecuan a las necesidades actuales del sector industrial y que adolecen de instrumentos regulatorios, de planificación o de gestión para abordar su modernización y mantenimiento. Todos estos planteamientos se abordan mediante un enfoque integral en el Proyecto de ley, que ahora inicia su tramitación parlamentaria, situando por primera vez a los espacios productivos en el mayor rango normativo.
En Andalucía se contabilizan 2.379 espacios productivos repartidos en más de 540 municipios andaluces que albergan a 46.500 empresas y 10.000 autónomos, el 16% del tejido empresarial andaluz y el 22% de los trabajadores, según los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA). Se estima que suponen un 40% de los polígonos a nivel nacional.
La futura ley no se limita a la mejora de los polígonos, sino que busca llenarlos de industria. Por ello, una de las medidas clave es la creación del ‘Espacio Industrial Protegido’, una figura que busca preservar los espacios de alto valor industrial y de elevado impacto económico y social para el territorio donde se ubican y que se beneficiarán de una tramitación administrativa preferente para la implantación de actividades industriales. Esta consideración conllevará ventajas como la agilidad en la tramitación de permisos, la preferencia para la asignación a la Unidad Aceleradora de Proyectos de la Junta de Andalucía (UAP) o el acceso a incentivos específicos.
El texto incluye, además, nuevas figuras para reforzar la atracción de inversiones como los ‘Proyectos Tractores de la Industria’ (aquellos que generan un relevante efecto arrastre para la economía local) e instrumentos para promover la planificación y el impulso de la mejora de los espacios como los planes directores; las oficinas locales de Espacios Productivos o el Gabinete Técnico de Espacios Productivos de Andalucía; los planes específicos de actuación o el régimen de incentivos. Igualmente, para mejorar el conocimiento de la oferta de espacios productivos se reforzará la información que ya proporciona el IECA a través de un catálogo.
Del mismo modo, contempla herramientas para abordar uno de los problemas que limitan el crecimiento de los polígonos y que está relacionado con la disponibilidad de energía eléctrica. En esta línea, se recoge la elaboración de un inventario de la capacidad de potencia eléctrica en estos espacios, una tramitación simplificada para instalaciones energéticas, la reserva de terrenos para usos industriales y energéticos, planes de fomento de la electrificación de la demanda industrial y autoconsumo, el desarrollo de redes cerradas, o ayudas para la mejora y desarrollo de las infraestructuras energéticas, entre otras actuaciones.
