ENTREVISTA

Álvaro Pineda, AESEMI: “Si conseguimos un ecosistema fuerte, éste hará por sí mismo que surjan capacidades de fabricación de semiconductores”

La Asociación Española de la Industria de los Semiconductores (AESEMI) se pone de largo el próximo 28 de noviembre para celebrar en Getafe el I Congreso Nacional del sector, Chipnation, llamado a convertirse en el punto de encuentro del ecosistema de los semiconductores a nivel nacional, contando con la participación de personalidades de primer nivel del mundo académico y empresarial. Con este evento en mente, el presidente de AESEMI, Álvaro Pineda, en entrevista con industry TALKS, ha abordado los principales desafíos a los que se enfrenta esta rama industrial a todas luces estratégica para la soberanía económica de Europa.

¿Por qué surge AESEMI? ¿Cómo se organiza? ¿Cuáles son sus objetivos?

AESEMI surge como una iniciativa para poder dar al ecosistema de semiconductores y microelectrónica de España un punto de encuentro sectorizado, que pudiera aglutinar tanto al sector público como al privado y permitiera tender puentes con la administración. Internamente trabajamos tanto de manera transversal con Comisiones que abordan cuestiones como la política industrial, la escasez de talento o la dinamización del ecosistema y de manera vertical en Grupos de Trabajo que analizan tecnologías o áreas de interés para el sector.

Con ello, el principal objetivo es dotar al ecosistema de un espacio para generar conversaciones de alto valor, y dar visibilidad a sus necesidades y preocupaciones.

Teniendo en cuenta las particularidades del sector de la micro(nano)electrónica, ¿cómo está posicionada España en el mercado europeo? ¿Cuáles son nuestras debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades?

España ha tenido tradicionalmente un enfoque claro hacia el I+D en un gran número de sectores, y la microelectrónica es, sin duda, un claro ejemplo. La mayoría de nuestro ecosistema se centra en hacer diseño, incluso en ocasiones con tecnologías y arquitecturas de vanguardia, pero poco a poco vemos cómo se plantean nuevas vías e iniciativas en procesos de fabricación, especialmente en lo que es el back-end.

Esto en sí es una fortaleza de nuestro ecosistema, pero al mismo tiempo termina siendo una debilidad ya que nos hace depender de otros agentes extranjeros para determinados procesos de fabricación y comercialización. De hecho, la introducción en el mercado de los productos aquí desarrollados conservando la tecnología es una de las debilidades históricas del sector.

¿Está España capacitada para construir chips a gran escala más allá de centro de diseño y laboratorios? ¿Cuándo puede hacerse eso realidad?

Las capacidades están ahí, porque contamos con los recursos para poner en marcha esta clase de proyectos, pero realmente fundamental no son las capacidades de fabricación, sino el ecosistema que los rodea. Si conseguimos impulsar un ecosistema fuerte, éste hará por sí mismo que terminen surgiendo capacidades de fabricación. Para ello, no obstante, es fundamental contar con una estrategia que permita estructurar los incentivos hacia un objetivo claro y estimule la colaboración en el sector.

AESEMI presentó en verano 41 propuestas para impulsar el sector de los semiconductores en España ¿Cuáles son las más necesarias?

El documento de propuestas recogía consideraciones en muy distintos frentes como resultado de las aportaciones que los socios de AESEMI realizaron en un proceso participativo interno, cada una importante para las particularidades de su actividad concreta. Sin embargo, hemos observado dos aspectos coincidentes para la mayoría en este momento; uno es el de contar con un plan estructurado de convocatorias acorde a una estrategia definida, que permita que las compañías puedan prepararse con la suficiente antelación y presentar proyectos sólidos. Otro aspecto que también es fundamental es impulsar la capacidad de retener todas las capacidades que se están generando en España para no depender de capital o clientes extranjeros. La industria de semiconductores se caracteriza por las altas inversiones, los largos plazos de desarrollo y la lenta implantación en el mercado, por ello se requiere estabilidad para garantizar la continuidad de estas inversiones a largo plazo y salvaguardar los resultados de años de esfuerzo y desarrollo.

Una de las 41 propuestas se agrupa en la atracción de inversión privada. ¿Cómo se concreta esa medida?

Lo principal para atraer la inversión privada es contar con una estrategia de país que dé confianza a los inversores y sus proyectos, y que también presente las capacidades existentes y futuras de nuestro sector. Junto a esto, es necesario presentar un marco jurídico propicio, que flexibilice la colaboración con entidades públicas y comprenda las necesidades de las inversiones Deep-tech, que requieren de particularidades en cuanto a plazos y retorno a la inversión.

¿Qué le parece la proposición no de ley aprobada por la Asamblea de Madrid que alienta la recuperación de la fábrica de semiconductores de Tres Cantos?

Desde AESEMI vemos con buenos ojos las diversas iniciativas que se están lanzando para fomentar en el ecosistema. En el caso de Madrid cuentan con una especial singularidad dada la infraestructura histórica de Tres Cantos, pero lo cierto es que como comentábamos antes, contar con una fábrica es únicamente el comienzo, es necesario construir todo un ecosistema alrededor de ella, por lo que seguiremos animando y apoyando a los responsables de la toma de decisiones para que así sea.

¿Cuáles son los retos que plantean las ayudas en España y la Unión Europea, especialmente los incentivos vinculados al PERTE Chip?

Uno de los retos que estamos comenzando a observar es la capacidad real del ecosistema de absorber un importante número de incentivos en un plazo corto de tiempo. Los recursos de los que disponen las empresas para realizar proyectos son finitos, con lo que será necesario encontrar otras vías para seguir dando apoyo a las compañías y emplear los fondos. Otro de los retos con el que nos encontramos es la propia limitación de nuestra normativa específica para incentivos, que carece de la flexibilidad suficiente que requieren los desarrollos de semiconductores.

¿Qué rol juegan los clústeres regionales como CITT o transversales como AMETIC en el desarrollo del sector?

Los clústeres regionales son fundamentales ya que dinamizan el ecosistema de proximidad, generando sinergias y colaboraciones de manera directa para los proyectos, y facilitan el acceso a las capacidades locales. Por ello desde AESEMI estamos trabajando codo con codo con ellos para apoyar la estructuración de tejidos de este tipo. Hay que entender que la industria de semiconductores no tiene sentido sin una industria fuerte que potencie los desarrollos, así que las asociaciones que integran aspectos más allá de los semiconductores desde la perspectiva de la microelectrónica hasta su integración en el producto final, como AMETIC, son igualmente importantes ya que estructuran proyectos tractores vitales para la industria.

Dada la importancia de tener una permanente comunicación con ambos mundos, desde AESEMI hemos querido invitar a nuestro I Congreso Nacional de la Industria de los Semiconductores tanto a las entidades regionales como a asociaciones que integran verticales industriales que tienen un alto consumo de tecnología, dando visibilidad a toda la cadena de valor.

Usted ha dicho que 2024 será el año español del chip. ¿Qué se necesita para alcanzar esa meta?

El año que viene será fundamental por muchos aspectos.  Desde AESEMI y las diferentes asociaciones se está trabajando en muchos frentes que esperamos den frutos durante el año que viene. Por un lado, esperamos que las inversiones que están sobre la mesa terminen de eclosionar. Desplegando estas capacidades la industria dispondrá de más recursos para seguir creciendo y desarrollando nuevos productos, lo que generará un círculo virtuoso. Por otro lado nos consta el esfuerzo entre universidades para acercar las titulaciones a las necesidades de la industria, especialmente con las microcredenciales, que también esperamos que se comiencen a materializar durante el próximo año. Algunos de los centros de investigación de mayor referencia en España también están tomando iniciativas para colaborar con la industria y es también conocido que entidades internacionales relacionados con el sector están planeando inversiones en España que esperamos puedan arrancar también el año que viene. A todo ello hay que sumar las inversiones Europeas gestionadas con anterioridad al PERTE, como los IPCEI [Proyectos Importantes de Interés Común Europeo], que se materializarán también durante 2024.

En mi opinión, la meta sólo se alcanzará si verdaderamente conseguimos desarrollar el ecosistema, trabajando juntos todos los actores que lo componen, colaborando, estableciendo complicidades y ayudando a las administraciones a tomar las decisiones más beneficiosas para el sector.

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