Desde la patronal del medicamento genérico celebran especialmente que el nuevo plan incorpore criterios adaptados al contexto actual de transición digital, tecnológica y medioambiental. “El Plan PROFARMA representa una herramienta estratégica clave para impulsar la competitividad industrial, la I+D+i y la producción en el ámbito farmacéutico”, han señalado fuentes de la asociación.
En esta nueva edición, que tendrá una duración de dos años —frente a los cuatro habituales—, AESEG subraya la necesidad de actuar con agilidad y eficacia para maximizar el impacto de las medidas. Durante la presentación del plan, celebrada el pasado 14 de julio en la sede del Ministerio de Industria, la asociación trasladó dos propuestas concretas para reforzar su alcance.
La primera de ellas consiste en realizar un análisis detallado de los datos publicados en ediciones anteriores, con el objetivo de evaluar los logros alcanzados, identificar buenas prácticas y, si fuera necesario, reorientar algunos de los ejes de actuación. AESEG recuerda que el programa nació en 1986 para incentivar la I+D, pero considera imprescindible adaptarlo al nuevo contexto industrial europeo, en el que la producción de medicamentos genéricos y principios activos está en retroceso.
En este sentido, la asociación alerta sobre los riesgos que supone la pérdida de capacidad productiva en Europa, una tendencia que ha generado problemas de desabastecimiento y tensiones en las cadenas de suministro, agravadas durante la pandemia. “La crisis sanitaria evidenció la dependencia de terceros países, como China e India, para el abastecimiento de medicamentos esenciales. Hoy la prioridad es garantizar la autonomía industrial y tecnológica de Europa”, sostienen desde AESEG.
La segunda propuesta plantea una revisión de los criterios de puntuación del programa. La patronal aplaude medidas como la inversión en el accionariado de pymes biotecnológicas, pero considera insuficiente la valoración que se da a la producción nacional, que sigue teniendo un peso máximo del 25% frente al 40% reservado a la I+D+i. En opinión de AESEG, se debería reequilibrar esta ponderación para que las plantas con una contribución significativa a la autonomía estratégica puedan acceder a la máxima calificación del plan —“Excelente”— y, con ello, a los incentivos fiscales más favorables.
“Esta medida permitiría atraer inversiones en capacidad productiva, modernización tecnológica y sostenibilidad, y mitigar el impacto de medidas como los aranceles anunciados por EE. UU. sobre medicamentos fabricados en España”, advierten.
Por último, AESEG se ha sumado a la petición de otras patronales del sector para que se cree un grupo de trabajo específico dentro del Comité Mixto de la Estrategia de la Industria Farmacéutica, con el fin de realizar un seguimiento técnico continuo del desarrollo del Plan PROFARMA.
La asociación reitera su compromiso con el diálogo constructivo y la colaboración público-privada como pilares fundamentales para garantizar el acceso a medicamentos esenciales, fomentar la inversión y generar empleo de calidad en España.