También tiene una red de carreteras de las más densas del mundo. Sin olvidar la conexión fluvial, pues en Lieja un gran río conecta directamente con los puertos más importantes del continente, que son Amberes y Rotterdam. La cercanía de universidades de calidad atrae talento y se favorece del apoyo real de las autoridades públicas.
Con estos mimbres, Valonia se ha posicionado como un ecosistema altamente especializado en defensa, innovación y capacidades industriales, con cerca de 200 empresas activas en el sector de defensa, una facturación estimada de unos 5.000 millones de euros y alrededor del 67 % del empleo del sector en Bélgica, concentrado principalmente en las áreas de Lieja y Charleroi, los dos principales centros urbanos junto con Namur, la capital valona.

Dos tercios de la producción de la industria de defensa se destina a la exportación, lo que pone de relieve el carácter internacional del tejido industrial valón. Europa es el principal destino (71,3%) seguido de Norteamérica -EEUU y Canadá- (12%), Asia (11,7%) y Sudamérica (3%). Y más concretamente los grandes vecinos de Bélgica se llevan la mitad de las exportaciones: Francia (17,5%), Reino Unido (15,2%) y Alemania (14,9), según las cifras aportadas.
Complementariedad
En palabras de Florence Vanholsbeeck, consejera económica y comercial de la Agencia Valona para la Exportación y las Inversiones Extranjeras (AWEX) en España, el interés de Valonia para las empresas españolas radica en que es “un mercado nuevo y muy complementario”, lo que significa, y eso es un punto clave, que las compañías no compiten, sino que se complementan. “Valonia se especializa en subsistemas críticos, mientras que España tiene integradores y fabricantes de plataformas. Valonia cuenta con capacidad para producir prototipos, pequeñas y medianas series y también piezas muy complejas de alta tecnología que requieran certificación. Nuestra región también ofrece un acceso al I+D de alto nivel”, indicó.
Asimismo, el territorio valón alberga organizaciones como el Centro de Investigaciones Metalúrgicas (CRM, por sus siglas en francés), especializado en metalurgia y procesos industriales. O Materia Nova, para dar otro ejemplo, enfocada en materias nuevas y materiales avanzados. La región que limita con Francia y Alemania también cuenta en su territorio con grandes empresas y compañías, como Sonaca, Safran, FN Herstal, John Cockerill o Thales. Además, Valonia participa intensamente en programas europeos como el Fondo Europeo de Defensa (EDF) y Horizonte Europa.
“Valonia presenta un sector de defensa y aeroespacial que, aunque concentrado geográficamente, es extraordinariamente variado, diversificado y con actores de primer nivel”, afirmó Vanholsbeeck y citó a FN Herstal, líder mundial en armamento ligero, John Cockerill, fabricante de torretas para carros de combate, sistemas terrestres y modernización de vehículos o Safran, un actor clave en la propulsión aeronáutica. Tampoco se olvidó de mencionar a Sonaca, especialista en estructuras aeronáuticas, y a AMOS, acrónimo de Advanced Mechanical and Optical Systems, cuyo porfolio incluye electrónica espacial de alta precisión.
“Esa estructura combina OEMs, proveedores de alta tecnología y centros de I+D altamente conectados, lo que permite justamente responder de manera más rápida y más ágil a unas demandas europeas más exigentes. Un elemento clave del ecosistema de Valonia es la fuerza de nuestros centros de investigación que trabajan mano a mano con nuestra industria y permiten acelerar la innovación en sectores duales, tanto civiles como de defensa”, agregó.
A partir de esta complementariedad, existen oportunidades concretas para las empresas españolas y valonas. España puede ofrecer sus integradores de sistemas, fabricantes de aeroestructuras, fabricantes de equipos originales de drones, robótica, electrónica espacial, su capacidad de producción en serie, mientras que Valonia puede aportar una fuerte pericia en optrónica, sensores avanzados, simulación, modelización, software espacial, materiales avanzados.
“Pero lo más importante es saber lo que podemos construir juntos. Y juntos podemos construir una cadena de valor europea más robusta, más innovadora y más estratégica. Muy difícil de igualar en Europa”, sentenció Vanholsbeeck.
La relación económica entre ambos Estados es fuerte y sólida. España sigue siendo uno de los principales socios de Bélgica, con un balance bilateral que ha llegado a más de 21.800 millones de euros en 2024. España es el sexto mayor partner comercial en términos de exportaciones. En palabras del ministro de Economía de Valonia Pierre-Yves Jeholet, este dato refleja algo más que solo la economía sino también la confianza, y un compromiso con la innovación.

“Nuestras regiones no solo están intercambiando productos, sino también construyendo partenariados que forman el futuro de la industria europea. Enfrentada a la incertidumbre, la volatilidad geopolítica, la desigualdad y guerra, la cooperación europea continúa siendo una fuente clave. Valonia y España están ambas profundamente compenetradas en iniciativas financiadas por la EU, como el Fondo de Defensa Europea, que apoya proyectos conjuntos en áreas críticas, incluyendo el avión de combate al aire, base espacial, aviones de alerta y defensa cibernética”, explicó el ministro valón.
En este 2025 a punto de concluir, 33 empresas belgas fueron elegidas para participar en proyectos del Fondo de Defensa Europeo y al menos 6 de ellos están siendo creados en colaboración con la parte española, dijo el alto cargo valón. Además, Bélgica recientemente se unió como observador al programa del futuro sistema de combate aéreo (FCAS), junto con Francia, Alemania y España. Esta iniciativa ambiciosa se centra en desarrollar un avión de lucha de sexta generación y un sistema de combate completamente integrado.
Escala industrial y profundidad tecnológica
El FCAS, remarcó Jeholet, “es un símbolo de la autonomía estratégica y el liderazgo tecnológico de Europa y una gran oportunidad para la industria belga y española para trabajar junto. Un ejemplo de un buen trabajo en materia de colaboración es la reciente alianza estratégica entre Sonaca y Aciturri, dos campeones de Bélgica y España. Esta asociación ha creado un nuevo líder europeo en infraestructura aeronáuticas, con más de 6.700 empleados en 7 países y un rendimiento combinado de 1.200 millones de euros”, informó el ministro valón de Economía, quien no se olvidó de mencionar la descarbonización de la aviación civil.
Al resumir el mensaje de la potencial colaboración mutua, Vanholsbeeck dijo: “Podemos ofrecer juntos una cadena de valor completa, entera, aire, espacio y ciberseguridad. También una combinación única de escala industrial y profundidad tecnológica. Y, por último, una colaboración fuerte e ideal para construir juntos la defensa europea de mañana. Valonia no es únicamente un buen lugar para vivir, para invertir. Es un hub estratégico para acelerar sus proyectos, reforzar sus cadenas de suministro, desarrollar sus tecnologías avanzadas y abrir puertas de colaboración europeas a alto nivel”.
Jeholet y Vanholsbeeck hicieron estas declaraciones delante de más de medio centenar de personas, incluida una nutrida representación española trasladada hasta Valonia para conocer sobre el terreno las características de su entramado industrial.
La misión comprendía delegados en Bruselas de empresas como Indra, Sener, EM&E y Grupo Oesía, pero también representantes de compañías privadas, organizaciones públicas y centros tecnológicos especializados como Accuro, Aernnova, Anze Engineering, Canagrosa, CITD, DHV Technology, Doit Development, Rodisa, Indaero, Integración Tecnológica Empresarial, Ómicron, Mades, Madridspace, Pixels-Hub, RDT, Satec, Aimplas, Andalucia Aerospace, Andalucia Trade, Asturex, Titania, CDTI, CSIC, Eurecat, Tecnalia, Aytana, Solute, Novaindef, Danobat y Femetal Industry. En otras palabras, un grupo muy diverso procedente de diferentes sectores productivos y de distintas comunidades autónomas.
Durante tres días, del 10 al 12 de diciembre, las empresas y organismos participantes en la misión mantuvieron reuniones B2B, realizaron visitas a instalaciones industriales muy reseñables y participaron en encuentros con clústeres regionales como Skywin y MecaTech, que actuaron como plataformas de acceso al ecosistema valón para socios internacionales.
Como subrayaron sus propios representantes, el clúster MecaTech tiene como primer objetivo asistir a las compañías afiliadas para que crezcan, ayudar en la búsqueda de socios para sus proyectos, encontrar los fondos adecuados y buscar las fórmulas para mejorar su rendimiento.
Esta asociación está activa en cuatro ejes tecnológicos: manufactura avanzada, tecnologías de datos, materiales circulares y mecatrónica. Esas cuatro tecnologías atraviesan cinco ecosistemas diferentes: Defensa, Energía, Medtech (Medicina), Medio ambiente e Industria 5.0 Solo en defensa, tienen 40 empresas involucradas en proyectos. Desde 2007 ha ayudado en la creación de 8.000 puestos de trabajo.
Skywin, por su lado, es el clúster aeroespacial de Valonia, al que se han adherido ya 150 organizaciones y que reúne cuatro verticales: el sector aeronáutico, el que desarrolla tecnología de sistemas no tripulados o drones, el espacial y el de defensa. El clúster genera 10.000 empleos directos.

Una de las ventajas expuestas a la misión española fue el abanico de ayudas estatales que ofrecen tanto Bélgica a nivel estatal como Valonia a escala regional. Una de ellas prima los gastos de los empleados que trabajan en I+D, con interesantes reducciones de impuestos, que contribuyen a la retención del talento. También se ayuda a las empresas que desarrollan y modernizan una actividad determinada; teniendo en cuenta el sector, la ubicación, el tamaño y el proyecto, las ayudas pueden cubrir hasta casi un quinto de la inversión en esos fondos regionales. Y cuando hablan de inversión, allí se refieren a tres cosas: edificios, máquinas que nuevas o reacondicionadas, o también patentes y licencias. A todo esto se puede añadir en algunos casos una excepción del IBI, esto es, el impuesto de bienes inmuebles. Otro detalle mencionado es que el asesoramiento es “gratuito y confidencial”.
El intenso y muy completo repaso al ecosistema industrial valón arrancó en el Centro de Investigación Metalúrgica (CRM, por sus siglas en francés), y se centró principalmente en dos localidades: Lieja y Charleroi. A la bienvenida matutina asistió el embajador de España en Bélgica, José María Rodríguez Coso, quien también intervino con unas palabras.
El CRM está dotado con un presupuesto anual de 49 millones de euros es una especie de “puente entre la ciencia y el mercado” y se ocupa de economía circular, cambio energético, industria 4.0 y digitalización, materiales avanzados, construcción y procesos productivos. Dispone de 25.000 metros cuadrados de laboratorio entre Lieja y Gantes, con más de 300 clientes y 300 investigadores dedicados a proyectos propios y europeos.
A continuación, tras un encuentro B2B previamente gestionado por los organizadores, los participantes se trasladaron en autocar hasta una instalación de alta tecnología donde se fabrica el Telescopio Einstein, un instrumento de medición de primera clase para detectar ondas gravitacionales que previsiblemente se montará en una zona fronteriza situada entre los Países Bajos, Bélgica y Alemania y todavía no determinada. El observatorio subterráneo constará de tres túneles de 10 kilómetros ubicados a una profundidad de entre 250 y 300 metros. Desde la superficie, apenas se verá nada.
Posteriormente le tocó el turno a la corporación John Cockerill Defense, una empresa de larga historia -creada en 1848- especializada en torretas y plataformas para vehículos blindados terrestres. Pero su portfolio está diversificado y se extiende también a otras áreas como el hidrógeno y la energía. De hecho, tienen un equipo de 20 personas trabajando en Pamplona.
Desde los últimos 15 años, la firma tiene 1.200 torretas en servicio que son empleadas por sistemas tanto de ruedas como de cadenas. Tiene una cartera de modelos muy completa entre los que destacan la serie 3000, una plataforma modular que permite integrar en una misma torreta cañones de diferentes calibres y sus correspondientes módulos tecnológicos: desde el calibre 25 mm al 90 y 105 mm, capaces también de disparar misiles antitanque. También sobresale el Cockerill 1-X, presentado hace dos años, diseñado para protección de autoridades: un vehículo con un sistema de armas retráctil.
La siguiente visita de la misión hispana se detuvo en FN Herstal, una imponente fábrica principalmente dedicada a la producción de armas cortas, cuyo cuartel general se ubica en Lieja. Tras franquear un severo control de seguridad, el grupo visitó una cadena de montaje de pistolas y sobre todo el impresionante show room, que hace un repaso histórico a los productos de la firma multinacional, mostrando desde las históricas armas Bowning hasta las más modernas y sofisticadas como el FN-303, un subfusil semiautomático no letal que usa aire comprimido para disparar proyectiles recubiertos de bismuto granulado no tóxico.
El día terminó con el traslado a dos compañías bandera: Thales y Safran. En la primera, los representantes de las empresas españolas fueron informados sobre las características del cohete FZ275 LGR guiado por láser, un sistema muy versátil que se puede lanzar desde helicópteros o vehículos terrestres no tripulados. La compañía ha entregado más de ocho millones de cohetes a 55 países y 70 ejércitos. Thales es un gigante tecnológico europeo de origen francés que también tiene una potente filial en España. Sus actividades se extienden no solo al mundo de la defensa y la seguridad, sino también de la aeronáutica y el espacio y la seguridad digital.

En la segunda parada, se acercaron hasta las instalaciones de Safran Aero Boosters, punto clave dentro del grupo Safran especializado en el diseño, desarrollo y fabricación de componentes críticos para motores de aviación y estructuras aeronáuticas. Es un centro de excelencia en la fabricación de componentes de compresores para motores de aviación moderna y de partes estructurales complejas para fuselajes y sistemas de alas, contribuyendo a programas aeronáuticos civiles y militares de primer nivel pues contribuye en los Airbus A320neo y Boeing 737 MAX y en el caza francés Rafale.
Al día siguiente, la comitiva viajó hasta Charleroi para ver de cerca la factoria de Sonaca, dedicada a la construcción de estructuras metálicas, especialmente de las alas de los aviones de Airbus. Sonaca suscribió hace un par de meses un acuerdo estratégico de colaboración con la española Aciturri Aeroestructuras por el que la sociedad belga adquiría el 51% de sus actividades.
Después de su estancia en Sonaca, los delegados acudieron a la sede de AMOS, enfocada en sistemas ópticos y mecánicos avanzados. AMOS diseña, fabrica, instala in situ y pone en servicio telescopios, sus monturas y sus subsistemas mecánicos por todo el mundo. Suyos son, por ejemplo, los dos telescopios que conforman el Observatorio Astrofísico de Javalambre (OAJ), emplazado en la provincia de Teruel.
El almuerzo de la segunda jornada se llevó a cabo en las instalaciones del hub industrial y digital A6K, un peculiar centro multidisciplinar dedicado a la ingeniería, la innovación y la incubación de proyectos tecnológicos y digitales, que agrupa a más de 80 organizaciones y que brinda apoyo estratégico y técnico a startups y proyectos de alto valor, como en el sector aeroespacial y de defensa.
El enorme inmueble del hub A6K, a orillas del río Sambre, albergaba antes un edificio industrial en desuso próximo a la estación de ferrocarril de Charleroi. Ahora ha devenido un vibrante ecosistema en plena reforma estructural que se apoya sobre tres pilares: innovación, incubación y educación. Dentro del lugar se ubican oficinas, aulas, y el supercomputador Lucia, financiado por la región de Valonia y operado por el centro de investigación privado Cenaero. No es de los más potentes de Europa, pero realiza una importante labor de apoyo a la comunidad científica belga.
A6K también aloja el laboratorio de fabricación aditiva y seguridad Sirris y la Cyber Defense Factory, la primera implantación oficial del Cibercomando de las Fuerzas Armadas belgas en un contexto civil, creado para desarrollar proyectos innovadores en todas las áreas de la ciberseguridad, en colaboración con socios académicos, industriales e investigadores.
A modo de colofón, la agenda incluyó la visita al centro que la Agencia Espacial Europea (ESA) posee en Redu, en el sur de Valonia, donde se analizaron oportunidades de colaboración, comunicaciones seguras, ciberdefensa y programas espaciales europeos. El centro se denomina Centro Europeo de Seguridad Espacial y Educación (Esec, por sus siglas en inglés).

Balance de la misión
Para Rosa Gil, Sales and Marketing Manager de la compañía Integración Tecnológica Empresarial (ITE) y Ómicron, el tour por la Valonia más industrial fue “muy interesante y muy productiva”. “Estuvo muy bien organizada por AWX y Andalucía Trade, cuidando todos los detalles en cada momento”, declaró.
“Durante la visita pudimos conocer empresas que encajaban perfectamente tanto con nuestras necesidades como con las del grupo, formado por compañías especializadas en los sectores que se estaban visitando. Además, las reuniones B2B organizadas resultaron especialmente fructíferas y de gran interés”, añadió Gil. De hecho, según reconoció a este medio de comunicación, ya han establecido contactos con AMOS, Safran y Sonaca para participar en calidad de futuros proveedores e incluso no descartan la posibilidad de montar una oficina de ingeniería en la región de Valonia.

