El documento subraya que la digitalización, la inteligencia artificial (IA) y la interoperabilidad de las plataformas tecnológicas se han consolidado como los principales habilitadores de este cambio. Según el estudio, las baterías y sistemas de acumulación ya no deben verse como simples equipos de apoyo, sino como infraestructuras estratégicas capaces de equilibrar oferta y demanda, integrar la generación renovable, estabilizar precios y fortalecer la resiliencia de industrias, municipios y comunidades energéticas.
El informe advierte que España se encuentra ante un punto de inflexión: la rápida electrificación de los procesos industriales, el auge del autoconsumo y la descentralización de la red eléctrica hacen que la gestión inteligente de la energía sea una prioridad urgente. En este nuevo escenario, el almacenamiento energético permitirá amortiguar picos de consumo, aprovechar excedentes solares y eólicos, reducir la dependencia de combustibles fósiles y garantizar un suministro más estable en un contexto de volatilidad y demanda creciente.
Uno de los aspectos más destacados del documento es la identificación del almacenamiento como una pieza clave en la llamada “Twin Transition”, la convergencia entre la transición energética y la transformación digital. Las baterías conectadas a plataformas IT/OT, dotadas de sensores y analítica avanzada, podrán tomar decisiones automáticas sobre cuándo almacenar o liberar energía, optimizando el uso de recursos según la demanda, el precio del mercado o las condiciones meteorológicas.
La Plataforma enerTIC sostiene que el despliegue de estas soluciones no puede limitarse a la instalación física de equipos, sino que debe ir acompañado de una integración tecnológica profunda, apoyada en inteligencia artificial, mantenimiento predictivo y modelos de gestión basados en datos. De esta forma, las baterías dejarán de ser activos pasivos y se transformarán en nodos inteligentes del ecosistema energético, capaces de aprender, anticipar y adaptarse en tiempo real a las necesidades del sistema.
El estudio también destaca la relevancia de las baterías de ion-litio, en especial las de tecnología LFP (fosfato de hierro y litio), por su equilibrio entre coste, seguridad y durabilidad. Estas soluciones se perfilan como el estándar tecnológico más adecuado para proyectos industriales, urbanos y municipales, gracias a su estabilidad térmica y su larga vida útil, además de su menor impacto ambiental y facilidad de reciclaje.
La modularidad y escalabilidad son otras condiciones indispensables señaladas por enerTIC. Los sistemas deberán ser flexibles y adaptables, capaces de ampliarse o reconfigurarse según crezca la demanda sin afectar a su rendimiento. Este enfoque, además de garantizar eficiencia operativa, refuerza la sostenibilidad al evitar reemplazos completos y favorecer una economía circular.
El documento dedica un apartado destacado a la expansión del almacenamiento distribuido, que considera esencial para avanzar hacia un modelo energético más democrático y resiliente. La instalación de baterías a escala local —en polígonos industriales, edificios públicos o viviendas particulares— permitirá crear redes energéticas de proximidad, reducir la presión sobre la red principal y fomentar el autoconsumo compartido. En este nuevo paradigma, las comunidades energéticas locales y los agregadores de flexibilidad pasarán a desempeñar un papel central, permitiendo que ciudadanos, ayuntamientos y pequeñas empresas actúen como productores, gestores y consumidores de energía.
En el ámbito regulatorio, el informe advierte sobre la complejidad y la falta de armonización normativa que aún dificulta el despliegue masivo de estas soluciones. Aunque España cuenta con instrumentos como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el PERTE de Energías Renovables y los fondos europeos Next Generation, el texto subraya la necesidad de un marco más estable y flexible que facilite la inversión privada y la colaboración público-privada. EnerTIC propone impulsar sandboxes regulatorios —entornos de experimentación supervisados— que permitan probar nuevos modelos de almacenamiento, autoconsumo y participación en mercados locales sin los obstáculos administrativos actuales.
Otro de los ejes del informe es la seguridad técnica y digital. El documento enfatiza que la integración de baterías en entornos conectados conlleva nuevos riesgos, tanto térmicos como cibernéticos, que deben abordarse mediante monitorización continua, protocolos de control térmico y sistemas de ciberseguridad basados en inteligencia artificial. La aplicación de normas internacionales como la IEC 62619 o la Directiva NIS2 se considera esencial para proteger infraestructuras críticas, desde hospitales y centros de datos hasta redes municipales.
En materia de sostenibilidad, enerTIC aboga por una gestión integral del ciclo de vida de las baterías, desde el diseño hasta su reciclaje, incorporando herramientas digitales de trazabilidad y pasaportes de batería. Estas medidas, señala el informe, permitirán planificar segundas vidas útiles en aplicaciones de menor exigencia, reducir residuos y reforzar la independencia tecnológica europea.
En sus conclusiones, la Plataforma enerTIC presenta una hoja de ruta clara para la transformación del sistema energético español, sustentada en tres ejes: digitalización total de la gestión energética, incorporación masiva de inteligencia artificial y fomento de la sostenibilidad a través de tecnologías seguras y reciclables. Según el informe, el almacenamiento energético se erige como el nuevo corazón del sistema eléctrico del futuro, un elemento capaz de unir la eficiencia operativa con la sostenibilidad ambiental y la competitividad económica.
La entidad destaca que este cambio no solo afectará al sector energético, sino a todo el tejido productivo y territorial del país. Las industrias, las ciudades y las comunidades locales están llamadas a convertirse en actores activos del nuevo modelo energético, gestionando su propia demanda y contribuyendo a un sistema más inteligente, resiliente y neutro en carbono.
En definitiva, el informe de enerTIC marca un antes y un después en la concepción del almacenamiento energético en España: de ser un recurso técnico auxiliar, pasa a convertirse en una infraestructura esencial para el futuro del país, capaz de sostener la transición energética, impulsar la digitalización y garantizar un suministro eléctrico estable, competitivo y sostenible.