Los fondos mantienen su apuesta por activos de calidad en España, mientras la demanda —impulsada por la relocalización de industrias y el auge del comercio electrónico— continúa en niveles históricamente altos.
Según datos recientes, la inversión inmobiliaria en España superó los 10.800 millones de euros en los primeros nueve meses de 2025, lo que representa un incremento interanual del 46 %. En este contexto, se estima que la inversión en activos industriales y logísticos superará los 1.600 millones de euros al cierre del año, manteniendo una tendencia de crecimiento estable en los próximos ejercicios.
En el ámbito europeo, CBRE confirma una evolución positiva del sector, con un aumento del 7 % en la inversión en activos logísticos durante el mismo periodo. Además, el auge de nuevos activos vinculados a la economía digital, como los centros de datos o las instalaciones de producción avanzada, está acelerando la modernización y diversificación del mercado.
Este dinamismo está transformando el mapa industrial de España. Las grandes áreas metropolitanas —Madrid, Barcelona y Valencia— continúan liderando la actividad, pero su elevado coste del suelo y la escasa disponibilidad de espacios impulsan una descentralización hacia regiones emergentes. Así, comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Aragón, Levante y País Vasco ganan protagonismo como nuevos polos industriales gracias a su ubicación estratégica, su conectividad y un entorno más competitivo para la inversión. Este reequilibrio territorial contribuye a diversificar la economía y a distribuir mejor las oportunidades de empleo y modernización.
A medida que el mercado crece, también avanza hacia un modelo más especializado. Datos de JLL indican que más del 55 % de las naves en desarrollo hasta 2026 serán proyectos “llave en mano”, un formato que responde a las necesidades específicas de los ocupantes y refleja la madurez de la demanda. Sin embargo, la falta de suelo finalista y los complejos procesos urbanísticos siguen condicionando el ritmo de nuevos desarrollos. En este escenario, la colaboración entre administraciones e inversores resulta esencial para agilizar los trámites y garantizar una oferta suficiente de suelo industrial preparado para atraer nuevas inversiones.
Desde Accolade, entendemos que este contexto representa una oportunidad estratégica para promover un desarrollo más equilibrado y sostenible del territorio. Como inversor paneuropeo en parques industriales y logísticos, apostamos por entrar en fases tempranas de urbanismo, acompañando a las administraciones locales en la preparación del suelo y contribuyendo a acelerar la transformación industrial de las regiones. Estas alianzas público-privadas permiten anticipar la demanda y poner en el mercado espacios modernos, eficientes y adaptados a los retos tecnológicos y medioambientales del futuro.
El mercado industrial español entra así en una nueva etapa, definida por la inversión activa, la diversificación geográfica y una visión de sostenibilidad a largo plazo. Si logra combinar una planificación más ágil con una cooperación decidida entre el sector público y el privado, España reforzará su posición como referente europeo en desarrollo industrial sostenible.