UNIVERSAL ROBOTS

9 de cada 10 empresas en proceso de automatización prevén que su plantilla trabaje con robots colaborativos en la próxima década

La automatización industrial ha dejado de ser una promesa de futuro para convertirse en un motor de crecimiento tangible en toda Europa. Así lo confirma el Informe sobre el estado de la automatización industrial en 2025, elaborado por Universal Robots, que dibuja un escenario radicalmente distinto al de hace apenas una década.

Lejos de los viejos temores sobre la pérdida de empleo, la robótica se percibe hoy como una aliada: el 84% de los profesionales europeos, y hasta un 86% en España, asegura que los trabajadores tienen una actitud positiva ante la introducción de robots en sus empresas, mientras que solo un 3% reporta resistencia. La automatización, concluye el estudio, ya no se teme: se espera.

El informe, que recopila las respuestas de más de 2.000 profesionales de ocho países europeos, refleja un cambio profundo en la mentalidad de las empresas industriales y de su mano de obra. Los robots colaborativos —conocidos como cobots— se consolidan como pieza clave de esa transformación. Su diseño seguro, su flexibilidad y su facilidad de programación están acelerando la implantación de la robótica incluso en pymes que antes no podían acceder a ella. Universal Robots destaca que los cobots están democratizando la automatización y redefiniendo la relación entre personas y máquinas en los entornos productivos.

Los cobots, protagonistas del nuevo paradigma industrial

Según el estudio, el 93% de los líderes industriales europeos prevé que al menos un 10% de su plantilla trabajará junto a cobots en la próxima década. Casi la mitad de los encuestados —un 47%— cree, además, que esa proporción alcanzará una cuarta parte de los empleados. En España, el optimismo es aún mayor: el 91% de las empresas considera factible automatizar más del 10% de sus operaciones con cobots, y casi una de cada dos (48%) afirma que podría aplicar la automatización a más del 25% de los procesos. Los robots colaborativos se integran así como un elemento cotidiano de la producción, no solo en grandes plantas manufactureras, sino también en sectores como la alimentación, la logística o la electrónica.

Este crecimiento se apoya en una tendencia de fondo: las empresas no solo buscan eficiencia, sino también resiliencia. En un contexto marcado por la inestabilidad geopolítica, la inflación y la escasez de mano de obra, los cobots se presentan como una herramienta versátil para sostener la actividad y reforzar la competitividad. A diferencia de los sistemas robóticos tradicionales, más costosos y menos flexibles, los cobots permiten a las empresas adaptarse a ciclos de producción cortos, personalización de productos y fluctuaciones en la demanda.

Uno de los hallazgos más reveladores del informe es el cambio de percepción respecto al impacto laboral de la automatización. Más de la mitad de los encuestados cree que los robots crearán más puestos de trabajo de los que eliminarán de aquí a 2030, y en España ese porcentaje sube hasta el 61%. Solo un 22% mantiene la visión tradicional de que la automatización destruirá empleo. Para la mayoría, la robótica abre nuevas oportunidades en tareas de programación, mantenimiento, ingeniería, logística o control de calidad, mientras libera al personal de labores repetitivas o físicamente exigentes.

El documento también señala que la automatización puede ser una respuesta directa a la falta de mano de obra que afecta a numerosos sectores industriales. El 91% de los participantes cree que los cobots pueden ayudar a reducir esa escasez en al menos un 10%, y el 44% espera una disminución del 25% o más. Este dato cobra relevancia en un continente que afronta un rápido envejecimiento de la población activa y una creciente dificultad para cubrir puestos técnicos. En este sentido, la robótica colaborativa se percibe como una forma de estabilizar la producción sin renunciar al talento humano, complementándolo en lugar de reemplazarlo.

Productividad y crecimiento: las razones económicas detrás de la inversión

El 68% de las empresas europeas sitúa la mejora de la productividad como la principal razón para invertir en automatización. Y esa apuesta ya está dando resultados. Según el estudio, un 89% de las compañías que han implementado cobots afirma haber alcanzado mejoras medibles de productividad. Más de la mitad de ellas ha registrado incrementos de entre el 10% y el 25%, mientras que casi un tercio ha visto aumentos del 26% al 50%. Incluso un 6% reporta mejoras superiores al 50%. En conjunto, los datos confirman que la automatización no solo incrementa la eficiencia, sino que también genera una ventaja competitiva real en costes, calidad y tiempos de producción.

Esa mejora tiene también una dimensión humana: al liberar a los trabajadores de las tareas más repetitivas o peligrosas, se les permite concentrarse en labores de mayor valor añadido, como la supervisión, la programación o la optimización de procesos. El resultado es una organización más ágil, donde la innovación y la seguridad laboral se refuerzan mutuamente.

Jordi Pelegrí, Country Manager de Universal Robots en España y Portugal, subraya en el informe que “el sector industrial europeo está experimentando una gran transformación, ya que las empresas se enfrentan a la inestabilidad geopolítica, la inflación, el envejecimiento de la población activa y los desafíos en la cadena de suministro”. Ante ese panorama, la automatización “ha dejado de ser un objetivo a largo plazo para convertirse en una prioridad inmediata”, impulsada por la necesidad de garantizar la productividad, la calidad y la resiliencia.

Pelegrí destaca además un cambio de fondo: “Nuestro estudio confirma este giro, mostrando que los cobots no solo mejoran la eficiencia, sino que están impulsando una transformación profunda en todas las operaciones. Aunque antes se limitaba a la fabricación a gran escala, la automatización se está extendiendo a todos los sectores y empresas de cualquier tamaño, respaldada por una mano de obra cada vez más preparada para adaptarse”.

El directivo insiste en que el futuro de la automatización pasa por una visión centrada en las personas, donde la tecnología actúe como catalizador de desarrollo humano e industrial. “La automatización —afirma— se está convirtiendo en uno de los pilares del futuro industrial de Europa y será esencial para mantener la competitividad global a través de la inteligencia, la flexibilidad y un diseño centrado en las personas”.

El Informe sobre el estado de la automatización industrial en 2025 muestra que Europa avanza hacia un modelo productivo más inteligente, sostenible y conectado. Los robots colaborativos, la inteligencia artificial y el análisis avanzado de datos están reconfigurando los cimientos de la industria, permitiendo que empresas de todos los tamaños compitan en igualdad de condiciones. En ese nuevo escenario, la automatización no sustituye al trabajador: lo empodera, amplía sus capacidades y lo convierte en parte activa de la revolución tecnológica.

El entusiasmo creciente hacia la automatización no es un fenómeno pasajero. Es la consecuencia de años de avances técnicos, de un cambio cultural y de una nueva conciencia empresarial que reconoce que la competitividad ya no depende solo de producir más, sino de hacerlo mejor. El futuro industrial de Europa —concluye el informe— se escribirá con robots, pero también con las personas que los hacen posibles.

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