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Maquinser repasa el presente y futuro de las aplicaciones de la fabricación aditiva

De la mano de Asier Alburquerque, director técnico de fabricación aditiva de la compañía, los asistentes pudieron tener una completa visión de la evolución de esta tecnología, sus desarrollos, aplicaciones y momentos de disrupción a lo largo de las últimas décadas.

Según Alburquerque, “tenemos que fijarnos en diseñar y adaptar la tecnología para que sea la correcta, tras el análisis procedemos al diseño CAD”. El directivo hizo hincapié en que la preparación es una fase previa que “idealmente no necesitaríamos” pero hay que tener en cuenta una etapa de adecuación de modelos. Posteriormente, proceder a la impresión hasta terminar en la revisión de la calidad.

Aunque parece una tecnología reciente, la fabricación aditiva se comienza a aplicar en 1984, pasando por varias fases de desarrollo hasta llegar a 2006 con la tecnología DMLS en la que se lograron prototipos capaces de fundir metal.

En 2009, se desarrolla la primera máquina REPRAP, un momento en el que la patente expiró y los usuarios empiezan a trabajar sus propios prototipos. “Las primeras máquinas eran muy rudimentarias, poco a poco se ha ido perfeccionando la técnica”, explican en Maquinser.

Se puede hablar de una última fase entre 2010 hasta la actualidad, “los que llevamos un tiempo en fabricación aditiva, la sensación en estos años era de avances disruptivos rápidos hasta 2020, cuando se llega a cierto momento de meseta, tras toda esa burbuja en años anteriores, tecnologías que había con confrontar con la realidad del mercado”.

Con todo, las máquinas de fabricación aditiva hay que orientarlas a la alta producción, mayor capacidad, mayor tamaño de la pieza, mejora en los tiempos de producción, coste, precisión, certificaciones, materiales industriales, automatización, escalabilidad, trazabilidad y control de calidad y seguridad.

Alburquerque señala actualmente a la HP Milti Jet Fusion que “fue disruptiva por el SLS, nueva tecnología de producción más rápida, tiempos predecibles, solución modular, aumento de la producción mediante procesos paralelizables y menos tasa de refresco de material nuevo”.

A la par, señalan en Maquinser, “ha evolucionado los software, con nuevas capacidades de diseño, uno de los retos de estas tecnologías, la necesidad de aligeramiento de piezas, que tengan menos material y de aumentar la automatización”.

Otra de las tecnologías que trabajan es la Dyemansion, quitar resto de polvo adherido a las piezas. No basta con cepillar, “la máquina consigue la limpieza en minutos, evitando contaminación cruzada”, además del avance en los procesos de pintura, consiguiendo homogeneidad en el color.

Como conclusión, explica Alburquerque, en los últimos años ya no hay tanta innovación en este sector, sino “mejoras de rendimiento”.

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