La iniciativa nace para dar respuesta a una necesidad creciente. “En los grandes fabricantes, la automatización está muy profesionalizada y respaldada por grandes inversiones. Pero las pymes tienen barreras de entrada importantes”, ha explicado. Según Gárate, muchas de estas empresas no cuentan con los recursos ni el conocimiento técnico para validar previamente si la automatización de sus procesos será rentable, segura y adecuada. Por ello, SCHUNK ha puesto en marcha un centro de pruebas en el País Vasco, dentro del centro tecnológico Tecnalia, que ya ha recibido más de 275 visitas y validado cerca de 2.000 aplicaciones a nivel mundial.
El CoLab de SCHUNK permite a cualquier cliente enviar sus piezas, procesos o ideas de automatización, para que un equipo de expertos realice pruebas reales con distintos robots, pinzas, sensores y soluciones de software. “Validamos desde el tipo de robot y gripper, hasta el ROI estimado y la presión exacta del amarre. Así el cliente sabe antes de invertir que su proyecto es viable”, ha asegurado Gárate.
La empresa ha dejado claro que la automatización ya no es solo para grandes corporaciones, y que las tecnologías actuales (como los robots colaborativos) permiten soluciones flexibles y económicas para procesos incluso muy variables. “Estamos rompiendo el mito de que automatizar es caro y complejo. Hoy se puede hacer con pantallas táctiles, pinzas eléctricas programables y robots colaborativos que cualquiera puede manejar”, ha destacado.
En su intervención, Gárate ha mostrado casos reales de automatización flexible, como sistemas de machine tending con doble pinza, soluciones de visión artificial con IA, sensores de fuerza para tareas delicadas, cambios de palets automatizados y pinzas magnéticas adaptadas a piezas de diferentes tamaños. Todo ello enfocado a facilitar series cortas, cambios rápidos y células autónomas que funcionen sin operario durante horas.
Otro punto clave del CoLab es su neutralidad tecnológica. SCHUNK colabora con los principales fabricantes de robots (ABB, FANUC, KUKA, Universal Robots, OnRobot, Staubli, entre otros) para adaptar cada proyecto a la solución que mejor encaje con las necesidades del cliente. “Nosotros no vendemos robots, vendemos soluciones. El cliente elige el robot que mejor se adapte, y nosotros lo integramos con nuestras pinzas y sistemas”, ha explicado.
Además de las pruebas técnicas, SCHUNK ofrece formación práctica a operarios, asesoramiento en subvenciones públicas y acompañamiento completo durante todo el proceso. “No basta con vender una pinza. Hay que ayudar al cliente a entender la tecnología, a formar a sus trabajadores y a aprovechar las ayudas disponibles para reducir la inversión”, ha añadido Gárate.
El CoLab de SCHUNK forma parte de una red internacional de más de 14 centros en todo el mundo, lo que permite compartir aplicaciones validadas globalmente. “Si en China validamos un sistema con una pieza concreta, esa información está disponible aquí para cualquier cliente español que tenga una necesidad similar”, ha explicado.
En resumen, la propuesta de SCHUNK se ha posicionado en industry LIVE como un modelo de democratización de la automatización. “No todas las automatizaciones son válidas, y por eso ayudamos a los clientes a validar antes de invertir. Automatizar sin miedo y sobre seguro es posible”, ha concluido Gárate entre aplausos.