En medio de esta guerra comercial global, ¿cómo propone CPOnet abordar el cambio de paradigma de sostenibilidad que se cierne sobre la estrategia de las compañías?
Desde CPOnet apostamos por una visión integral de la sostenibilidad, que no solo contempla el impacto ambiental, sino también los aspectos sociales y de gobernanza. Creemos que la sostenibilidad no debe entenderse como un coste, sino como una inversión estratégica que genera resiliencia y valor a largo plazo.
Ciertamente vivimos un momento de gran tensión geopolítica, con conflictos prolongados, nuevas barreras comerciales, aranceles y una creciente fragmentación de los mercados internacionales. Este entorno añade presión a las cadenas de suministro, eleva costes y multiplica los riesgos para las empresas. Pero también obliga a repensar los modelos de negocio desde una lógica más estratégica y sostenible.
Europa, en este contexto, está apostando por liderar la transición verde y digital, y aunque eso conlleva exigencias regulatorias fuertes, también representará una ventaja competitiva. Quienes se alineen con estos estándares desde ahora estarán mejor posicionados cuando el mercado global vuelva a estabilizarse.
Desde CPOnet impulsamos ese cambio acompañando a las empresas en la adopción de buenas prácticas ESG, fomentando el intercambio de experiencias y creando redes de valor que les permitan ser más resilientes y sostenibles ante un entorno tan cambiante.
A través de eventos como nuestro ESG Summit, el único con carácter global en el entorno nacional, fomentamos el diálogo entre líderes empresariales para identificar oportunidades, compartir buenas prácticas y construir ecosistemas más sostenibles.
Hagamos algo de prospectiva. ¿Cuál es su visión en el medio plazo de las tendencias sobre el impacto medioambiental, del que se había hecho bandera en Europa en los últimos años?
Europa ha sido pionera en incorporar los criterios medioambientales como eje estratégico, y esa apuesta se va a consolidar en los próximos años. Lo que veremos a medio plazo es una mayor exigencia no solo en términos de cumplimiento, sino también en cómo se mide y comunica el impacto real de las compañías. Será una etapa de madurez en la que la sostenibilidad dejará de ser un «claim» y se convertirá en un factor diferencial en competitividad, acceso a financiación y reputación corporativa.
Pero para que esta transformación tenga un verdadero alcance, es fundamental que se sumen todos los actores del ecosistema empresarial. Las grandes empresas deben liderar el camino, la administración pública tiene que acompañar con políticas coherentes y ejemplares, y las pymes, que constituyen la base de nuestra economía, deben estar preparadas y contar con los medios adecuados. Ahí es donde entra la vocación de CPOnet: queremos ser un facilitador real del cambio, ayudando a que todo el tejido empresarial, y en especial los stakeholders clave como los proveedores, puedan integrarse en este nuevo modelo. Nuestro objetivo es que nadie se quede fuera de esta transición, promoviendo herramientas, conocimiento y espacios de conexión que permitan avanzar de forma coordinada, práctica y eficaz hacia una sostenibilidad inclusiva y transversal.
Con la llegada de la Directiva CSRD, las empresas en Europa están experimentando un cambio sin precedentes en cómo gestionan y reportan su impacto ambiental, social y de gobernanza. ¿Cómo está afectando a las empresas?
Es cierto que la CSRD está generando cierto vértigo, sobre todo por la dimensión y profundidad de los cambios que implica. Pero no debemos mirar esta directiva con miedo. Forma parte de un conjunto más amplio de normativas como la CSDDD (Corporate Sustainability Due Diligence Directive), la EURD (European Union Reporting Directive) y otras, que no vienen a complicar el trabajo de las empresas, sino a facilitarlo.
Su objetivo es ayudarnos a mejorar la manera en que medimos, reportamos y comparamos el desempeño sostenible de las organizaciones. Lo más valioso es que establecen metodologías claras, trazabilidad y criterios homogéneos, lo que permitirá que los informes no financieros sean realmente comparables entre empresas, sectores y países.
Desde CPOnet insistimos en que estas directivas deben entenderse como herramientas para profesionalizar aún más la gestión ESG, aportar transparencia y generar confianza en los stakeholders. Sabemos que al principio puede impresionar, pero si se afronta con mentalidad estratégica, supone una oportunidad enorme para dar un salto de calidad en sostenibilidad corporativa.
¿Es partidario de la hiper regulación de la que se queja la industria y que puede comprometer, según se ha puesto sobre la mesa por parte de los afectados, su competitividad?
El equilibrio es clave. La regulación es necesaria para establecer un marco común, evitar el tan criticado “greenwashing “ y garantizar una competencia justa. Sin embargo, también es importante que las normas sean proporcionadas, claras y aplicables en entornos empresariales muy diversos. De lo contrario, corremos el riesgo de desincentivar la acción o poner barreras innecesarias a quienes realmente están comprometidos con el cambio.
En ese sentido, entendemos las inquietudes de la industria y es positivo que, desde las instituciones (europeas y españolas se estén desarrollando mecanismos para introducir flexibilidad dentro de este entorno normativo tan exigente. Un ejemplo de ello son los denominados reglamentos ómnibus, que buscan adaptar y ajustar aspectos técnicos de las directivas para facilitar su aplicación sin perder el objetivo de fondo.
El diálogo permanente entre administraciones, empresas y sociedad civil es fundamental. Solo así lograremos una transición sostenible que sea efectiva y, al mismo tiempo, viable para todos los actores del ecosistema.
El papel de la función de compras es crucial en las empresas. Son contribuyentes a su valor, pero también su talón de Aquiles. No en vano, el 85% de la huella de carbono de las empresas procede de sus proveedores. ¿Con qué herramientas cuentan las organizaciones para controlar esta cadena?
La gestión de la cadena de suministro es esencial para cualquier estrategia de sostenibilidad, especialmente considerando que una proporción significativa de las emisiones de carbono de una empresa proviene de sus proveedores. Ciertamente estas pueden impactar entre el 65 y el 85 %, como ha indicado.
Para abordar este desafío, en CPOnet hemos desarrollado GBN-HC, una solución tecnológica integral diseñada para medir y reducir la huella de carbono, con un enfoque particular en el Alcance 3. GBN-HC permite a las organizaciones obtener una visión detallada de las emisiones generadas a lo largo de toda su cadena de suministro. Al analizar y clasificar a los proveedores en diferentes categorías, la herramienta facilita la identificación de áreas críticas y el desarrollo de planes específicos para la reducción de emisiones. Además, GBN-HC emite certificados con el sello TÜV SÜD, garantizando la veracidad de los datos reportados, lo cual tiene especial relevancia si consideramos las exigencias de trazabilidad de las nuevas directivas.
Adicionalmente la implementación de soluciones como GBN-HC no solo ayuda a cumplir con las normativas ambientales vigentes, sino que también mejora la sostenibilidad de la propia cadena de suministro, pues analizamos en ella posibles actuaciones de mejora; fortalece las relaciones con los proveedores, ya que es un elemento “facilitador”, y aporta valor añadido a la empresa en términos de responsabilidad social corporativa.
En el ESG Summit 2025, el gran peso se lo lleva la sostenibilidad ambiental. En Envera siempre decimos que más verdes, sí, pero más humanos también, porque las empresas trabajan para nutrir la demanda de personas y lo hacen con personas desde las comunidades sociales donde operan. ¿Cree que la sostenibilidad social alcanzará mayor peso que los otros criterios a la hora de actuar por parte de las compañías y de elaborar sus informes no financieros?
Sin duda. La sostenibilidad social ha ganado un protagonismo creciente en los últimos años, y su peso en la estrategia empresarial es cada vez mayor. Aunque la sostenibilidad ambiental ha estado en el centro del debate —y con razón, por la urgencia climática y las implicaciones económicas que la rodean—, la dimensión social está demostrando ser igual de determinante para la resiliencia, la reputación y el propósito de las compañías.
Hablamos de condiciones laborales dignas, diversidad e inclusión, igualdad de oportunidades, bienestar emocional, y también de la capacidad de las empresas para generar un impacto positivo en las comunidades donde operan. La pandemia aceleró esta toma de conciencia, y hoy los stakeholders esperan de las compañías un compromiso claro y medible con las personas.
Además, las nuevas normativas de reporte no financiero, como la CSRD, ya exigen indicadores sociales concretos, lo que refuerza esta tendencia. Las empresas no solo deben ser verdes, también deben ser justas.
En CPOnet compartimos plenamente esta visión. Creemos que el valor social debe formar parte del ADN corporativo y trabajamos para facilitar esa integración, especialmente en la función de compras. Promovemos prácticas de contratación responsable, apoyo a proveedores locales, inclusión de colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión y colaboración con entidades sociales.
Ejemplos como la integración laboral de personas con discapacidad, la contratación de proveedores del tercer sector o la participación en proyectos de desarrollo comunitario son señales claras de que la sostenibilidad social ya no es una opción, sino una parte fundamental de lo que significa ser una empresa del siglo XXI.
En sus más de 15 años de experiencia han desarrollado diversas iniciativas que refuerzan su compromiso con la Función de Compras. Hábleme de ellas.
CPOnet nació con una vocación muy clara: ser un punto de encuentro para los profesionales de compras y un espacio de desarrollo para una función cada vez más estratégica dentro de las organizaciones. Desde el inicio entendimos que las direcciones de compras no solo gestionan costes y contratos, sino que tienen un papel esencial en la sostenibilidad, la innovación, la competitividad y la resiliencia de las empresas.
A lo largo de estos más de 15 años, hemos construido una comunidad sólida, abierta y colaborativa. Desarrollamos programas de formación, impulsamos foros de debate, generamos contenidos de alto valor y organizamos eventos que permiten compartir experiencias y buenas prácticas.
Entre ellos destaca especialmente el ESG Summit, que este año se consolida como el mayor encuentro de sostenibilidad empresarial de España, y donde más de 700 líderes debatirán sobre el futuro del modelo económico y el papel clave de la función de compras. Y también, por supuesto, nuestra Convención Anual, que se celebra cada noviembre y es ya una cita imprescindible en la agenda del sector. Un espacio en el que los profesionales de compras se reúnen para analizar tendencias, compartir visión y reforzar vínculos profesionales en un entorno dinámico y participativo.
Otra de nuestras grandes iniciativas es el Premio Alcance 3.0, ya en su II Edición, que reconoce las mejores prácticas en sostenibilidad en la cadena de suministro, en distintas tipologías: innovación, ejecución, comunicación, etc.. Este premio, que este año contará nuevamente con la Presidencia de Honor de Su Majestad el Rey, es un símbolo de nuestra apuesta por impulsar una transformación real, medible y compartida,… y por qué no “disfrutada”.
Todo esto forma parte de una misión que sigue más vigente que nunca y que claramente es continuidad del objetivo de nuestro fundador Cipriano Suarez: apoyar, inspirar y dotar de herramientas a los líderes de compras para que puedan ejercer su papel con más visión, más impacto y más capacidad de generar valor no solo económico, sino también social y medioambiental. CPOnet existe para eso. Para acompañar a la función de compras en su evolución, y para que su voz tenga la relevancia que merece en el diseño del futuro empresarial.
