Castilla y León es una de las regiones de España con mayor capacidad en energías renovables. En términos de energía eólica, la región tiene 6.400 MW instalados, lo que la convierte en la segunda región española con mayor capacidad eólica después de Galicia. Además, dispone de un importante potencial solar, especialmente en la provincia de Ávila, donde las condiciones de radiación solar son excelentes. Esta abundancia de fuentes renovables es clave para la producción de hidrógeno verde, ya que la electrólisis del agua requiere electricidad limpia para producir este elemento químico sin emisiones de CO₂.
Para la generación de hidrógeno verde hacen falta en esencia agua y electricidad, pero esta última debe ser de origen renovable para mantener la etiqueta. Dicho de otra manera, la electrolisis del agua requiere un recurso energético natural: viento o sol; y también se necesita superficie para construir grandes parques solares.
La altitud media de la región y la proximidad al Mar Cantábrico que provoca diferencias de temperatura propician unos recursos eólicos que en algunos casos son compatibles con los fotovoltaicos, esto es, que el viento empieza a soplar por la tarde, cuando se pone el Sol.
Además, prosigue Valles, “es una comunidad privilegiada en tendidos eléctricos que unen Madrid con el País Vasco” y existen grandes subestaciones eléctricas no solo por estas interconexiones sino por las centrales hidráulicas radicadas en el oeste de la región. “También tenemos agua abundante”, añade el director general de Quinto Armónico, con las cuencas del Duero y del Ebro y los grandes embalses Burgos es la provincia de España donde más implantación tiene la energía eólica.
Además del agua y la electricidad, la “tercera pata” del hidrógeno es la existencia de demanda, de un consumidor. “Aquí tenemos industrias ligadas al campo, de producción de piensos y alimentación animal, de fertilizantes…”, afirma Valles. También existe el uso del H2 para el transporte por carretera con hidrolineras o puntos de repostaje. Y finalmente queda la capacidad de exportación a través de los hidroconductos que está preparando Enagás, el transportista de la red de gas en España.
“Castilla y León tiene una posición única para liderar el desarrollo del hidrógeno verde en España gracias a su riqueza en recursos renovables, como energía eólica, hidráulica y solar. Estos recursos, sumados a una infraestructura industrial consolidada y una ubicación estratégica, permiten no solo producir hidrógeno verde de forma eficiente, sino también integrarlo en cadenas de valor locales como el transporte, la industria agroalimentaria y la logística”, subraya, por su parte, Javier Escribano, director general de la Fundación TecnoVitae, una organización cuyo objetivo es impulsar la industria y la tecnología en la sociedad.
“Además, Castilla y León cuenta con amplias extensiones de suelo disponible, ideales para proyectos de generación y almacenamiento de hidrógeno. Este potencial atrae el interés de inversores nacionales e internacionales que buscan aprovechar los recursos de la región para avanzar hacia la descarbonización. La oportunidad no se limita a la sostenibilidad ambiental; también se presenta como un motor de crecimiento económico, atracción de talento y generación de empleo cualificado”, manifiesta Escribano.
Javier Robador, gerente de la Asociación Castellano y Leonesa del Hidrógeno (H2CyL), también tiene meridianamente claro el potencial de la región.
“Somos la región que más renovables genera en el conjunto del panorama nacional. Tenemos una matriz eléctrica descarbonizada, es decir, el 95% de la electricidad que se genera en Castilla y León es renovable. Y somos excedentarios en energía, producimos un 170% de lo que consumimos”, afirma al ser entrevistado por este diario digital.
Un punto favorable, agrega, es la gran disponibilidad de suelo para plantas fotovoltaicas o eólicas. La región, además, se encuentra en la España húmeda lo que facilita situaciones hídricas favorables.
Otro aspecto destacable es la “capacidad técnica” pues dentro de la comunidad castellano-leonesa trabajan empresas que se han desarrollado en el ámbito de las energías renovables siendo capaces de dar servicio de hidrógeno, especialmente en el caso de fabricantes de equipos de hidrógeno como electrolizadores o compresores. Y aquí destaca tres casos de éxito: el de Hiperbaric, una compañía de Burgos que fabrica compresores para hidrogeneras y los exporta a toda Europa. Y el de la Fundación CIDAUT (Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía) que ha desarrollado la pila de combustible que equipa el submarino S-80 de la Armada. Y el de la compañía de Segovia H2GREEM, la única que fabrica electrolizadores PEM con tecnología propia, unos electrolizadores más eficientes y más adaptables a la operatividad de las renovables.
No se olvida Robador de citar las capacidades humanas. “Somos una fábrica de ingenieros en el ámbito de las energías renovables, no solo a nivel nacional sino internacional”, sostiene orgulloso.
Incluso, continúa diciendo el responsable de la H2CyL, se recogen dos particularidades “que no se dan en otras regiones”. Una de ellas está enfocada al mundo de los biocombustibles y combustibles sintéticos porque la región tiene importantes “recursos agroforestales, principalmente de biomasa, que generan un tipo de CO2 biogénico que es la base de los futuros combustibles sintéticos”. El otro apartado, ya citado por Valles, que atañe al sector es el referente a los fertilizantes, dándose la circunstancia de que Castilla y León es el cuarto consumidor de fertilizantes nitrogenados de todas España.
Todos estos puntos, considera Robador, hacen posible que la región disfrute de una “posición ventajosa” en el mundo del hidrógeno.
Pero no todo son ventajas.
“El hidrógeno genera bastantes retos tecnológicos y económicos”, admite Marcos Valles. Los casos de negocio de un sector donde los costes de inversión están basados en soluciones técnicas no son nada fáciles. El hidrógeno es una sustancia muy volátil y hacen falta cantidades ingentes de ella para generar energía. Tiene poca densidad energética por volumen, pero no por peso, lo que significa que hay que comprimirlo o licuarlo.
“Un proyecto como el hidrógeno es un proyecto social -argumenta Javier Robador- que tiene que ser capaz de impregnar y de llegar al total de la sociedad. En primer lugar, la sociedad debe tener una percepción positiva del hidrógeno y de esa manera el primer riesgo es la oposición social o la desinformación. Eso es un gran reto porque sin ello no vamos a tener la oportunidad de competir”.
El segundo reto, explica Robador, pasa por conseguir la competitividad económica, dado que el hidrógeno como sector “se trabaja de forma sostenible cuatro años”. Es imprescindible que el sector sea viable y para ello necesita desarrollo tecnológico en tiempo, forma y volumen que todavía no existe para lo que la sociedad demanda. “Necesitamos que ser capaces de producir equipos más económicos, grandes y rápidos, equipos de toda la cadena de valor”, analiza. Si no se hace, advierte, el hidrógeno solo se consumirá donde se genere.
La regulación representa otro desafío. “Necesitamos un marco reglamentario que genere la suficiente seguridad para que se den las inversiones”, remarca el especialista de H2CyL. Las inversiones planificadas por esta asociación para el intervalo 2023-2030 para el desarrollo del sector en la región ascienden a 6.500 millones de euros, repartidos en procesos de electrolisis (1.000 millones), proyectos de renovables (2.700 millones), construcción de hidroductos, adaptación de la industria al consumo (1.450 millones), creación de nuevas industrias derivadas del hidrogeno (1.200 millones), I+D+i y compra de equipos.
“El ecosistema empresarial de Castilla y León está volcado en el hidrógeno”, lanza Marco Valles, quien califica de “enorme” el apoyo de las instituciones, conscientes de que el hidrógeno “va a suponer una solución” para la industria de automoción que es estratégica en esta comunidad. Michelin, Renault o Antolín están presentes “y deben seguir aquí”, destaca. La Junta de Castilla y León y ciertos ayuntamientos están apostando por este vector. El apoyo se concreta en subvenciones de millones de euros.
“Las administraciones públicas, a todos los niveles, están desempeñando un papel clave en el desarrollo del hidrógeno verde. A nivel regional, la Junta de Castilla y León ha puesto en marcha estrategias que priorizan la producción de hidrógeno renovable, además de facilitar el acceso a fondos europeos como los de Next Generation EU”, recuerda Escribano, de la Fundación TecnoVitae.
“Necesitamos ser pioneros otra vez. No podemos ser cautivos de países terceros en temas de energía. Tenemos que ser independientes energéticamente y sostenibles social y medioambientalmente yendo de la mano de la tecnología muy madura y conocida. Los retos que nos encontramos son al escalarlo, hacerlo grande, a tamaño europeo”, porfía Marcos Valles.
Entre los proyectos presentes, Robador destaca la primera planta de producción de hidrógeno verde, promovida por la Junta de Castilla y León a través de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medioambiente (Somacyl) para uso industrial en el Parque Empresarial del Medioambiente (PEMA) ubicado en el municipio soriano de Garray.
La nueva planta, impulsada por Somacyl y la compañía de distribución de gas Redexis, representa una inversión superior a los 6 millones de euros, iniciando su fase de pruebas a comienzos de septiembre. Este proyecto tendrá la capacidad de generar hasta 2,5 MW y producir alrededor de 300 toneladas de hidrógeno verde al año, destinadas tanto a aplicaciones industriales como a sistemas de transporte.
A esta instalación hay que sumar la de hasta 280 MW de potencia de electrolisis, presentada en 2023 en la localidad leonesa de La Robla por Naturgy y Enagás Renovable y que representa una inversión de 485 millones de euros, con el objetivo de dar servicio a las industrias de la zona.
Ambas plantas posicionan a Castilla y León como un referente nacional en la producción de hidrógeno verde. Esta estratégica ubicación promete atraer importantes inversiones en el sector industrial, fortaleciendo toda la cadena de valor de este tipo de energía a lo largo del territorio nacional.
El Gobierno regional considera prioritario el desarrollo del hidrógeno en su territorio y en línea con esta prioridad ha firmado recientemente un memorando de colaboración con el Clean Hydrogen Joint Undertaking, la única entidad público-privada de Europa que promociona y apoya los proyectos de innovación e investigación de hidrógeno renovable que se plantan en el continente, con el propósito de acelerarlos, desarrollarlos y mejorarlos.
48 empresas u organizaciones de Castilla y León se han interesado por las oportunidades de negocio en el sector del hidrógeno en el marco del programa Reconversión. Las firmas, de diferentes sectores industriales, participaron en lcinco sesiones informativas organizadas desde el programa de investigación Reconversión, una iniciativa interclúster promovida por cinco agrupaciones tecnológicas castellano-leonesas para desarrollar las competencias en el sector emergente del hidrógeno verde.
Las agrupaciones eran las siguientes:
1- AEICE (Clúster del Hábitat Eficiente)
2- AEI Ciberseguridad
3- CBECYL (Clúster de Bienes de Equipo de Castilla y León)
4- CYLSOLAR (Clúster de Energías Renovables y Soluciones Energéticas en Castilla y León)
5- H2CyL (Asociación Castellano y Leonesa del Hidrógeno).
“En estas primeras sesiones hemos detectado que muchas empresas necesitan soporte para conocer las licitaciones del sector y también han expresado su desconocimiento para acceder a los desarrolladores de proyectos, es decir, al cliente que finalmente contrata los servicios”, explica el gerente de H2CYL (grupo coordinador del programa Reconversión), Javier Robador.
Reconversión es un programa gratuito dirigido a detectar y desarrollar las competencias de empresas de esta comunidad autónoma para que puedan acceder al mercado emergente del hidrógeno verde, un sector que prevé movilizar 6.500 millones de euros en la región hasta 2030.
Un grupo de consultores acompañará a las empresas participantes en un itinerario personalizado para detectar sus principales fortalezas de las empresas en los diferentes nichos de la cadena de valor del Hidrógeno. El objetivo es conseguir la paulatina integración de nuevas compañías en este vector energético.
Las empresas seleccionadas recibirán acompañamiento interdisciplinar para detectar su potencial en el desarrollo de nuevos productos o servicios que puedan integrarse en cualquier ámbito de la cadena de valor del hidrógeno verde.
Los cinco subsectores, coincidiendo con la especialidad de cada uno de los clústeres que integran el proyecto, son:
A. Energías renovables
B. Construcción
C. Fabricación de equipos
D. Consultoría e ingeniería
E. Ciberseguridad
El reto, puntualiza Valles, de la consultora Quinto Armónico, es que los proyectos con hidrógeno tardan en madurar y, además, implican trámites administrativos muy garantistas que no son rápidos. En definitiva, el hidrógeno no es el presente (todavía) e implica unos tiempos.
“Es un sector verde porque producimos cero, pero tenemos la aspiración de tener una cuota de mercado del 20% en 2050”, admite Robador a industry TALKS.
OPORTUNIDADES DE CASTILLA Y LEÓN
1. Aprovechamiento de Energías Renovables
Castilla y León es la región líder en generación de energía eólica y una de las principales en energía solar en España. Estos recursos renovables pueden utilizarse para producir hidrógeno verde mediante procesos de electrólisis del agua, que no emiten CO₂. La gran capacidad instalada y el potencial de ampliación garantizan una producción sostenible y competitiva
2. Infraestructuras
La región tiene una infraestructura energética bien desarrollada, tanto en lo que respecta a redes eléctricas como gasísticas. Su situación geográfica ofrece una ventaja para el transporte y la distribución del hidrógeno. Además, la región tiene una importante capacidad de almacenamiento de gas natural, que puede aprovecharse para el almacenamiento de hidrógeno, usando infraestructuras existentes o adaptadas.
El hidrógeno ofrece una solución viable para almacenar los excedentes de energía renovable generada durante periodos de baja demanda. Este almacenamiento permite gestionar la intermitencia de las energías renovables y garantizar un suministro constante de electricidad en la región.
3.- Capacidad de producción y gestión de excedentes
La sustitución y repotenciación de las turbinas eólicas permitirá un incremento de la producción y de la eficiencia, generando excedentes que permitan la producción de hidrógeno. También es reseñable la hibridación de energías renovables. La energía eólica y la solar se complementan permitiendo la optimización de los equipos de producción de hidrógeno, incrementando las horas efectivas de trabajo de los electrolizadores y garantizando el suministro en volúmenes importantes.
En zonas rurales, el hidrógeno puede utilizarse para sistemas de generación descentralizada. Estos sistemas permiten a comunidades y empresas producir su propia energía limpia, reduciendo costos y aumentando la resiliencia energética frente a fallos en la red eléctrica.
4.- Proyectos y centros de investigación
La región posee entidades (universidades y centros tecnológicos) con proyectos destacables de investigación en tecnologías, materiales y procesos que mantienen a la comunidad autónoma a la vanguardia en tecnologías del hidrógeno.
Ahí está, por ejemplo, el proyecto H2MetAmo, donde participan las cuatro universidades públicas de Castilla y León: Burgos, León, Salamanca y Valladolid) y los centros tecnológicos como la Fundación CIDAUT (Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía) y la Fundación CARTIF.
El proyecto presentado en 2022 tiene previsto desarrollarse durante 4 años. Con una financiación de 3 millones de euros, forma parte de un esfuerzo más amplio dentro del Plan Complementario del Hidrógeno Verde, que cuenta con una asignación de 92 millones de euros, el mayor presupuesto en investigación de España.
Su objetivo es la investigación y desarrollo de tecnologías, materiales y procesos que permitan fabricar portadores de hidrógeno (metano y amoniaco) a partir de hidrógeno verde, tratando de aprovechar los excedentes de energía renovable.
M2MetAMo se compone de una línea principal de investigación, que aborda el desarrollo de plantas compactas y eficientes. A su vez se subdivide en una sublínea de plantas para la generación de metano y otra sublínea de investigación en plantas de amoniaco. Complementariamente el proyecto contempla el diseño de un máster título propio que tendrá lugar en la Universidad de Burgos, impartido por un claustro formado por los propios investigadores y otros especialistas en la materia.
5.- Movilidad sostenible
El hidrógeno tiene un gran potencial en la movilidad, especialmente en el transporte público y pesado, donde la electrificación es más difícil de implementar. En Castilla y León, el hidrógeno renovable puede emplearse como combustible en autobuses y flotas de transporte público en ciudades y áreas rurales; en camiones de larga distancia, donde la electrificación es menos viable o incluso trenes en líneas no electrificadas como una alternativa sostenible al diésel.
6.- Colaboración público-privada
El sector es el destino de importantes inversiones procedentes de los Fondos Next Generation, del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), y del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Democrático, en convocatorias específicas dentro del Plan de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento, más conocido como PERTE ERHA.
Según Robador, de H2CyL, este PERTE articula 1.800 millones de euros de inversiones para el sector, pero “el dinero no ha llegado todavía a las empresas”, se queja. Los centros como CIDAUT, CARTIF y el Instituto Tecnológico de Castilla y León sí han recibido fondos para proyectos europeos y nacionales de I+D+i relacionados con el hidrógeno. Este retraso en la ejecución de las convocatorias, cree Robador, presiona a los desarrolladores de proyectos. “Si vamos entregando tarde los fondos, estamos ralentizando el desarrollo del sector”, juzga.
7.- Desarrollo de otras industrias – descarbonización industrial
Industrias gasintensivas, como la siderúrgica, la química o la cementera, tienen un alto nivel de emisiones de CO₂. El hidrógeno verde puede sustituir al gas natural y a otros combustibles fósiles en sus procesos térmicos y químicos, contribuyendo a la descarbonización del sector industrial en la región.
8.- Exportación
Castilla y León está bien posicionada para convertirse en un centro de exportación de hidrógeno hacia otros mercados de Europa. Con una producción de hidrógeno verde a gran escala, se podría aprovechar la red de gasoductos para exportar este recurso a países como Alemania o Francia, que están invirtiendo fuertemente en la transición hacia el hidrógeno.
9.- Empleo
El sector generará un importante número de puestos de trabajo cualificados, tanto directos como indirectos, en la cadena de suministro del hidrógeno; en la construcción de las infraestructuras e instalaciones y en el mantenimiento y control del equipamiento; en los medios de producción y consumo (hidrogeneras). Las estimaciones regionales hablan de 3.200 nuevos empleos para 2030. Para Javier Robador, las oportunidades laborales son “inmensas”. “Necesitamos alimentar esas industrias con mano de obra cualificada”, dice.
10. Economía circular
Castilla y León genera una cantidad significativa de residuos agrícolas, ganaderos e industriales. Estos desechos pueden ser aprovechados para producir hidrogeno renovable mediante tecnologías como la gasificación de biomasa, promoviendo un modelo de economía circular y sostenible.