Los expertos en energía del panel han respondido a tres bloques de interés: grandes retos, barreras encontradas y grandes soluciones.
“Tengo más retos que soluciones”, ha admitido en su intervención Miguel Rodrigo, director de Conocimiento, Desarrollo de Nuevos Modelos de Negocio y Competitividad del IDEA, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía. En todo caso, “el reto más grande, que es el paraguas de todos, es el cumplimiento de los objetivos de decarbonización que nos hemos fijado como país, muy ambiciosos es el PNIEC 2030, la guía en materia energética del Gobierno de España que se ha revisado y mandado a la Comisión Europea el año pasado”.
El objetivo es un 48% de energía renovable en 2030 y un 84% de electricidad renovable. Eso es un salto cuantitativo y cualitativo muy importante. El reto también es cómo conseguir esos objetivos, ha dicho Rodrigo, porque el parque de generación supera los 100 GW con un pico de demanda de 40GW. El desafío es cómo encajar los ritmos de generación y a la vez que crezcan las soluciones de flexibilidad para adecuar la demanda, para adecuar consumos que a día de hoy no son eléctricos.
Otro gran reto es el cambio cultural que todo esto implica pues supone una “acción muy capilar de la sociedad” para cambiar muchos coches por vehículos eléctricos y muchas calefacciones por bombas de calor y convencer a los ciudadanos de que eso tiene sentido también para ellos, ha subrayado el responsable de IDAE, una entidad dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que ahora gestiona hasta 10.000 millones de euros de fondos europeos.
Otro desafío es la forma de hacer que todo este crecimiento de renovables deje a su paso un tejido industrial, es decir, ser capaces de que parte de los parques fotovoltaicos y eólicos que se vayan instalando tenga una cadena de valor nacional.
También es un reto, ha explicado Rodrigo, que toda esta ecuación cada vez más compleja sea eficiente en costes y traslade a los consumidores finales las ventajas que traigan parejas.
“Los retos no son tanto tecnológicos como de tener una hoja de ruta, una planificación”, el cómo, ha subrayado Alicia Carrasco, CEO de la empresa Olivo Energy, en particular la gestión de la demanda y la flexibilidad de la demanda y del almacenamiento. “Se trata de que los recursos detrás del contador puedan participar en los mercados como generación, como recurso, como modulación de la demanda para apoyar a acompasar el crecimiento de la energía renovable, a apoyar la electrificación de la economía y del consumo energético, a evitar picos” de consumo.
Esa falta de planificación completa de la implementación de los objetivos, ha opinado Carrasco, un objetivo muy complejo, hace que desde la industria y desde ENTRA, la Asociación de los Agentes y Empresas Eléctricas y de Servicios Energéticos, no se tenga la visibilidad del momento de participar en los mercados, de cuánta liquidez va a haber en los mercados y eso hace que no se esté haciendo de una forma más rápida el despliegue de los recursos distribuidos como la geotermia, el vehículo eléctrico, la modulación del consumo, el almacenamiento de energía.
Otro reto, ha añadido la CEO de Olivo Energy, apunta al consumidor final de electricidad, para que este vea los cambios y sienta curiosidad de conocer la flexibilidad que existe al electrificar el transporte o un proceso productivo industrial. “Esa planificación se puede hacer teniendo un más de publicidad y de confianza en lo que dice la industria al gobierno de que la flexibilidad es necesaria”, ha comentado.
Sofía Núñez, responsable de Desarrollo de Proyectos de Hidrógeno y Gestión de Recursos Hídricos de Ansasol, una firma de renovables, ha estimado que los retos sí son tecnológicos en su negociado (el hidrógeno renovable o verde), pues todavía subsisten problemas a la hora de trasladar los desarrollos desde los laboratorios a la realidad y a la escalabilidad. “No están funcionando como deberían”. La digitalización es uno de los actores que están contribuyendo a encontrar soluciones, ha estimado. No es solo una solución innovadora para mejorar la eficiencia sino también un elemento clave de análisis de la complejidad y de los requerimientos del panorama energético.
Para Ana Yurena García, responsable de Innovación Abierta de Iberdrola, el principal reto está en la demanda pues todavía se está quemando mucho carbón, petróleo y gas a nivel mundial. El desafío radica en descarbonizar el transporte y los edificios.
El proceso de descarbonización, además, es caro, ha señalado por su parte Daniel Ramos, Green Leader de la consultora FI Group, quien ha actuado como moderador de la mesa de especialistas en energía.
En cuanto a las principales barreras, el segundo bloque de debate, Núñez ha estimado que “el tema de los offtakers (compradores de energía) es un quebradero de cabeza día a día. Al final lo que se tiene que perseguir es valorizar toda la cadena y permitir completar el círculo, porque no tiene sentido que se proponga un proyecto de hidrógeno si no hay un consumidor drop. Es como plantar manzanas si a nadie le gustan”.
Ahora se empieza a ver un cambio de guion, ha reconocido Núñez, con subvenciones para que el consumidor final adapte sus equipos a los nuevos vectores energéticos, léase el hidrógeno. Las barreras son los costes de inversión, la escasa infraestructura y logística tanto física como digital y el marco regulatorio y político.
En este capítulo, para Ana Yurena García, de Iberdrola, es necesario más inversión en redes y una regulación estable, “Necesitamos conexiones que lleguen a las industrias agroalimentarias distribuidas por toda la geografía, a los puertos…”, ha especificado.
En su intervención sobre las principales barreras que se encuentran, Alicía Carrasco ha destacado también el marco regulatorio como una de ellas. “No es una queja, es un llamamiento a la necesidad de la planificación”, ha puntualizado. “Tenemos retrasos en la aplicación de la regulación”, ha indicado y ha puesto el ejemplo de la Disposición Final 11ª de la ley 7/2021 de Transición Energética y Cambio Climático que preveía que en 2022 se presentaría una propuesta de reforma del marco normativo en materia de energía.
Miguel Rodrigo, de IDAE, defendió la planificación “clara y ambiciosa” del Gobierno en materia de descarbonización y se ha referido a que no se puede olvidar el contexto de los últimos años que ha provocado, en su opinión, que el regulador haya estado centrado en proteger al consumidor como la excepción ibérica. “El jardín está lleno de cisnes negros al menos en el mercado energético”, ha dicho de forma metafórica, refiriéndose al cisne negro como el elemento sorpresivo y disruptivo como el Covid o la guerra en Ucrania. Esto ha marcado la agenda y ha habido que priorizar cierto tipo de soluciones lo que ha llevado a otras no estén tan avanzadas como les gustarían.
Al abordar las soluciones, Rodrigo se ha referido a los bancos de prueba regulatorios o sandboxes “que son muy útiles y han venido para quedarse”. También ha mencionado que IDAE intenta subvencionar estos nuevos modelos de negocio muy vinculados a la digitalización, en concreto una linea de financiación con 156 millones de euros y se han presentado 186 solicitudes de ayuda por valor de 265 millones. Antes de verano puede estar resuelta. IDAE también puede participar societariamente en proyectos, lo que les ayuda a concienciarse de lso problemas de los permisos.
Alicía Carrasco ha sugerido las plataformas que de alguna manera van a ayudar a conectar los recursos distribuidos con la comercializadora, con la agregadora independiente y posteriormente con el mercado. Estas plataformas ya existen y son una solución aunque no están todavía completas. El almacenamiento también es una solución que provee flexibilidad y puede estar detrás del contador. Otras soluciones innovadoras necesarias son para las redes que necesitan integrar todos los recursos distribuidos.
Ana Yurena García se ha detenido en la plataforma integradora del sistema eléctrico. Y la representante de Ansapol, Sofía Núñez, ha mencionado como solución la Inteligencia Artifical basada en gemelos digitales para acelerar el uso de tecnologías y tener más agilidad a la hora de tomar decisiones, monitoreando en tiemp real.