La producción nacional del sector en 2022 ascendió a 4.690 millones de euros. Una industria tradicional que no es estratégica, pero sí muy intensiva en mano de obra, dando empleo directo e indirecto a 110.000 personas en 8.000 empresas, empleo que sigue aumentando, pues no en vano el año pasado creció un 3,5% con respecto al anterior.
La industria del mueble dispone de varios clústeres territoriales. Uno es el vasco HABIC, otro es el catalán AMIC. La Región de Murcia alberga uno reseñable -Amuebla Corporación-. En esa comunidad autónoma se celebra desde hace más de 60 años la Feria del Mueble de Yecla, localidad que acoge una de las mayores concentraciones de empresas y profesionales del sector. Nada menos que unas 3.000 fábricas.
José Francisco Puche, director y CEO del Centro Tecnológico del Mueble y la Madera de la Región de Murcia (CETEM), entrevistado por industry TALKS, consideró que el reto genérico del sector es la creación de empresas en cuanto a tamaño, dado que esta industria se caracteriza por está formada por pymes, lo que resta competitividad.
El CETEM es una asociación privada de investigación sin ánimo de lucro fundada en 1994 y asentada precisamente en Yecla. En la actualidad trabaja para multitud de empresas de muy diferentes sectores que requieren sus servicios y proyectos, desde pequeñas empresas hasta multinacionales.
Al hablar de la situación del mercado, Puche aludió a la “casuística llamativa” que ha soportado esta industria en los últimos tres años, desde la pandemia, y que, en su opinión, la diferencia de lo que han pasado otros sectores.
El sector, donde abunda la empresa familiar, juega ahora la baza del mueble contract, un producto integral que suele venderse a grandes instalaciones como hoteles u hospitales. El contract es un tipo de mobiliario pensado para el uso y desgaste del día a día, y se fabrica especialmente con materiales adecuados para resistir. Es ideal para instalaciones públicas, oficinas, hoteles, restaurantes, sitios de fiesta… sin perder un buen diseño ni la comodidad necesaria.
Como consecuencia de la pandemia del COVID-19 prácticamente todos los hoteles echaron el cierre, lo que supuso la paralización de la industria del mueble durante unos meses. “Sólo se permitió que salieran los muebles pedidos”, explicó Puche. Aunque el sector no se había recuperado del todo de la crisis de 2008, entonces, se reactivó a los dos o tres meses de terminar el confinamiento gracias a un boom de las compras domésticas” y esa tendencia se ha ido prolongando “hasta hace poco”. No obstante, la reducción de la producción se compensó, de nuevo, con el contract, aunque ahora se ha vuelto a ralentizar. La industria experimenta un descenso en el número de pedidos, pero es que “antes el sector producía más de lo normal”.
“La pandemia, al contrario de lo que ha sucedido en otros sectores, al mueble le ha beneficiado”, confirmó a este medio de comunicación Amparo Bertomeu, directora de la Asociación Nacional de Fabricantes y Exportadores de Muebles de España (ANIEME), “porque ha tenido unos crecimientos a dos dígitos espectaculares. ¿La razón? La gente pasaba tanto tiempo en la casa que vio la necesidad de renovar sofás, sillas, camas, muebles, para los autónomos, para los niños, para los estudiantes. Todo lo que ha sido mobiliario retail, el canal a través de tiendas, ha crecido mucho”.
¿Cómo se presenta 2023? Como un año de transición, consideró el director del CETEM. El mercado se reajusta y 2024 no será malo si hay estabilidad política, opinó. “Irá relativamente bien. ¿Volveremos a los niveles de 2021 y 2022? No lo creo”. “El canal de retail está abastecido, pero empezamos el crecimiento con la renovación de hoteles, porque el turismo está creciendo mucho. Este canal hospitality o contract está creciendo porque hay mucha demanda”, subrayó Bertomeu. El cierre para 2023 es optimista, con una previsión del 8% de crecimiento en las exportaciones. Pero es prudente afirmando que mucho dependerá de los costes energéticos, de las importaciones de madera (España no es autosuficiente en esta materia prima), de los fletes… “y que no se ralentice el consumo”.
En cuanto a transformación digital, el sector “está bien, pero se deben seguir haciendo esfuerzos en la comercialización online”, dijo Puche. En este sentido, está aumentando la presencia en portales de Internet que agilizan las ventas. La digitalización también contribuye de manera destacada a personalizar el mobiliario y facilitar al cliente “el diseño, el tamaño, el color, la composición modular… Por ejemplo, ya se está trabajando en el color cliente. También se aplican herramientas de fabricación aditiva o realidad virtual que ayudan “a ver cómo queda el sofá en el lugar que queremos ponerlo”.
Puche destacó lo fundamental que es la sostenibilidad para que “el mobiliario sea un producto atractivo para el usuario final” teniendo en cuenta que la “selvicultura no es algo malo” y que es mejor talar árboles de forma controlada. La selvicultura es el conjunto de técnicas que tratan de la conservación, mejora, aprovechamiento y regeneración o, en su caso, restauración, de las masas forestales.
El director del CETEM apostó por más sostenibilidad, estudiando mejor los ciclos de vida de los productos, cuándo acaban, y cómo recuperar el material de los muebles dentro del sector o en otras áreas productivas, contribuyendo así a la circularidad de la economía. “El cliente está dispuesto a pagar algo más por un producto sostenible”, remarcó Puche.
Además de tener un área “indispensable” de formación tecnológica para empleados y jóvenes, en innovación trabajan en mejorar los procesos productivos que conseguir que sean más eficientes. Eso incluye desde programas de reorganización a la aplicación de robótica y automatización.
Uno de los dos departamentos más disruptivos del CETEM está relacionado con la electrónica, con el mobiliario sensorial dirigido a la tercera edad o con algún grado de dependencia, muebles sensorizados gracias a la tecnología IoT (Internet de las Cosas), muebles inteligentes que controlan las constantes vitales de quienes los isan o que aplicados a un frigorífico miden su eficiencia energética. Otro departamento innovador es el relacionado con lo materiales sostenibles. “Se trata de simbiosis industrial”, concretó Puche. La simbiosis industrial es una forma de colaboración entre empresas por la que los residuos de una se transforman en material prima de otra. “Estamos desarrollando un tablero de aglomerado que se hace de sobrantes agroalimentarios, de alcachofa libre de partículas de madera, más un aglutinante químico orgánico, cuyo reciclaje es muy sencillo. Es economía circular pura y dura”, añadió.
En el centro tecnológico murciano también investigan tintes y barnices biodegradables, tintes hechos con remolacha tratada con biotecnología, barnices fabricados con algas marinas que ensucian las playas y suelen valorizarse energéticamente. Todas estas investigaciones están todavía en la fase de laboratorio, y probablemente empiecen a ser introducidas en los catálogos de las fábricas de muebles dentro de dos o tres años. “Las innovaciones son lentas”, enfatizó el director del CETEM, “pues implican cambios en los procesos productivos”.
¿Qué le piden a las administraciones públicas? “Necesitamos más infraestructuras. Nos hemos quedado pequeños. Tenemos que seguir formando. Y ayudar no tanto con subvenciones sino con una fiscalidad adecuada, reduciendo los tipos del Impuesto de Sociedades para invertir los beneficios en innovación”, dijo Puche, quien también abordó el problema de las barreras arancelarias. Bertomeu les pide “flexibilidad”.
La industria del mueble parece soportar la crisis. La exportación española de mobiliario de enero a junio de este año mostró un crecimiento del 6,6%, superando los 1.535 millones de euros, según los datos facilitados por Estadísticas Españolas de Comercio Exterior (ESTACOM).
Las comunidades autónomas que mayor crecimiento tuvieron en el primer semestre del año fueron Cataluña (+14,3%), Madrid (+11,9%) y la Región de Murcia (+14,4%). La Comunidad Valenciana continúa ostentando el segundo puesto del ranking autonómico de exportadoras de muebles, si bien en este periodo sus ventas internacionales de mobiliario se mantienen en un nivel similar al del primer semestre del ejercicio anterior.
Si hablamos de destinos de exportación del mueble español, Francia sigue manteniendo su posición de liderazgo con un 29% sobre el total, con un crecimiento del 3,8% en el primer semestre de 2023. Tras Francia, entre los países europeos con mayor crecimiento en sus compras de mueble español destacan Portugal (+9,3%), Alemania (+6,5%), Italia (+13,5%) y Bélgica (+16,4%). Es reseñable también que Reino Unido, pese al Brexit, mantiene su ritmo ascendente de crecimiento con un aumento de 13,8% entre enero y junio 2023 con respecto al primer semestre del año anterior. De hecho, no todo el mobiliario español que importa Reino Unido tiene como destino final dicho país, pues desde allí se prescribe mucho mueble para proyectos que se desarrollan en otras zonas como, por ejemplo, Oriente Medio.
Estados Unidos, pese a mantenerse en el tercer puesto del ranking de destinos del mueble español, muestra un descenso de 9,8% en el primer semestre del año. Se trata, sin duda, de un mercado que es imprescindible seguir apoyando para recuperar el volumen de ventas, así como por las enormes oportunidades de negocio que sigue presentando.
Marruecos (+12,7%) y México (+3,6%) son también mercados de gran importancia, no sólo por su tamaño, sino por la cantidad de proyectos que se están realizando y que deben ser amueblados, lo que contribuye a los crecimientos que han registrado en el primer semestre de 2023 en sus compras de mueble español.
Según declaraciones del presidente de ANIEME, Juan Carlos Muñoz, las ventas internacionales del sector del mueble español siguen aumentando, aunque es cierto que su ritmo de crecimiento se ha visto ralentizado en el primer semestre del año, en comparación con los datos que se venían registrando en los meses anteriores.
“Desde ANIEME llamamos la atención una vez más sobre la importancia y la necesidad de potenciar la inversión en promoción internacional de las marcas españolas de mobiliario, pues la internacionalización es garantía de crecimiento de las empresas y de sostenibilidad del empleo en nuestro sector”, sostuvo Muñoz al presentar los datos semestrales.
ANIEME plantea una serie de acciones en ámbitos tan diferentes como las ferias internacionales, el e-commerce, la transformación digital, la comunicación 2.0, el B2B online y presencial, ayudas y subvenciones y las segmentaciones de bases de datos. Todos estos ejes de promoción cumplen su cometido en aras a facilitar la internacionalización y que la empresa cuente con el instrumento adecuado a su situación particular.
En línea con esta resiliencia, los organizadores de la última Feria Hábitat Valencia, que cerró sus puertas el pasado viernes 22 de septiembre tras cuatro intensas jornadas, se mostraron razonablemente optimistas cuando declararon “el mercado nacional se ha mostrado especialmente activo a pesar de las tensiones del incremento de costes y precios”.
¿Cuáles son las debilidades, las amenazas, las fortalezas y las oportunidades de la industria del mueble? Responde Bertomeu, directora de la ya citada asociación ANIEME, fundada en 1977 y único interlocutor del sector con las administraciones.
Análisis DAFO de la industria europea/española del mueble
Las debilidades del sector son, en primer lugar, que el tamaño de las empresas es pequeño, “demasiado pequeño para acometer grandes proyectos”, pero, por otro lado, ese tamaño “las dota de flexibilidad para tomar decisiones”, lo que supone una oportunidad.
El recurso a la financiación, que es necesario, está siendo muy duro porque los tipos de intereses están creciendo, añadió. “La escasa formación del personal también es otra debilidad”, asumió Bertomeu, para quien es necesario recuperar la figura del aprendiz para no perder los conocimientos básicos. “Implantarse en el extranjero con una filial, que sería lo ideal, requiere una capacidad”. El acceso a la tecnología no es una debilidad, no hay barreras en ese sentido.
El mercado laboral del sector queda plasmado en tres instantáneas. Primero, la tendencia al alza. Desde el ciclo iniciado en 2015, el empleo ha tenido una tendencia positiva. En 2020, por supuesto, se produjo la anomalía del COVID-19, pero esa caída se recuperó en pocos meses. La segunda imagen apunta a que estamos, todavía, lejos de la paridad de género. El peso de la mujer en la industria del mueble es, tradicionalmente, muy reducido. En 2009, el porcentaje de mujeres ocupadas era del 18% sobre el total. En mayo de 2023, esta proporción apenas había variado: 12.566 ocupadas, un 19% del total, según datos del instituto tecnológico AIDIMME. Finalmente, el desplome del número de autónomos. Esa cifra ha caído un 41% en 14 años, desde los 21.161 afiliados de enero de 2009 hasta los 12.367 de abril de 2023, según los datos de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS).
Eso tres indicadores demuestran las importantes necesidades formativas del sector. Los propios profesionales reconocen que en los últimos años la industria del mueble ha experimentado un desbordamiento de trabajo debido al aumento de la demanda de productos para el hábitat.
La escasez de personal cualificado en las empresas, un problema que viene de largo, ha explotado con esa nueva situación. En este contexto, la Federación Empresarial de la Madera y el Mueble de la Comunidad Valenciana (FEVAMA) decidió impulsar el Observatorio de Necesidades Formativas, que ya publicó un primer informe que resume las necesidades formativas del sector en la región, después de entrevistar a los representantes de 127 empresas del gremio.
El informe revela las competencias más demandadas. La especialidad profesional más solicitada es la de diseñador de mueble, lo cual es naturalmente lógico. Sin embargo, un dato relevante que se desprende de esta oleada piloto es la demanda de profesionales con conocimientos en economía circular, la segunda competencia transversal más reclamada por el sector madera y mueble en su conjunto. Y dentro de ésta, la especialización en calidad y medio ambiente, responsabilidad social corporativa, gestión de residuos, etiquetado ecológico o análisis del ciclo de vida de los productos. Esto implica que la economía circular se está implantando en las empresas y aún no existe un volumen suficiente de profesionales disponibles con estas competencias, algo que debería potenciarse desde los centros formativos, no sólo en Valencia sino a nivel estatal.
En el capítulo de las fortalezas, la directora de ANIEME destacó el dinamismo de esta industria, que siempre ha tenido vocación exportadora. “Es un sector muy maduro que ha sabido ir adaptándose a la demanda del mercado”. En el capítulo de la creatividad y del diseño, “está muy bien posicionado, porque no podemos competir con Italia en diseño, pero sí en creatividad”. “La creatividad nos hace diferentes”, destacó.
Por otro lado, dijo Bertomeu, es un sector que ha evolucionado mucho en sostenibilidad, que está ya muy interiorizada, muchas veces por obligación legal, gestionado residuos, reciclaje, barnices, embalajes… “Por ejemplo en el tema de economía circular está Andreu World”. Aunque son pequeñas, ha incorporado este concepto a sus valores y “están haciendo cosas muy interesantes”. Muchas fábricas de muebles, remarcó, utilizan materia prima que lleva el certificado FSC, que significa que la madera no procede de zonas en repoblación forestal. Además de la madera se emplean materiales como el hierro, el mimbre, la médula, el plástico, el plástico inyectado, residuos plásticos…
No obstante, según la Oficina Europea de Medio Ambiente, se trata de una de las industrias más contaminantes del mundo. Cada año se desechan alrededor de 10 millones de toneladas de muebles, sólo en Europa. Esto se debe a que la mayoría de ellos se producen con tableros de aglomerados y maderas de baja calidad, una materia prima difícilmente reutilizable o reciclacle cuando finaliza su vida útil. El mobiliario low cost ofrece precios muy asequibles, pero su producción es altamente contaminante y el resultado son productos menos duraderos y resistentes.