Así, el ministro de Industria, Comercio y Turismo en funciones, Héctor Gómez, ha comentado que este PERTE es “una gran oportunidad para acelerar la innovación de la industria agroalimentaria en su sentido más amplio, impulsando aspectos como la trazabilidad alimentaria o la automatización de los procesos industriales hacia modelos más sostenibles. Además, potencia el empleo de calidad en zonas rurales, favoreciendo la cohesión territorial”.
El PERTE agroalimentario está formado por tres ejes. El primero, el apoyo a la industria alimentaria, el segundo eje, la digitalización del sector y el tercer eje, el i+D+i en el ámbito agroalimentario. Cada uno de estos tres ejes está gestionado por un ministerio: Ministerio de Industria, Comercio y Turismo; Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; y Ministerio de Ciencia e Innovación. Está previsto que genere un impacto en la economía de 3.000 millones y una creación neta de 16.000 empleos.
Con este PERTE “se pretende fomentar el empleo de calidad del sector agroalimentario –sobre todo en el medio rural, donde el tejido empresarial agroalimentario tiene mayor presencia-, fortalecer su competitividad y rentabilidad –con medidas enfocadas a la automatización de procesos, sensorización de procesos o sistemas de aprovisionamiento sostenibles-, así como la vertebración del medio rural –este PERTE tendrá efecto arrastre por su capacidad para desarrollar su actividad en zonas lejanas a núcleos urbanos, atrayendo empleo y servicios colaterales (transporte y restauración), y actuará como generador socioeconómico del entorno rural”.
Con la publicación de estas propuestas continúa la tramitación de estas ayudas para las que ahora se abre un plazo para posibles alegaciones a la propuesta de resolución provisional.