Tal y como concluye el análisis, destaca ASPAPEL, “imponer objetivos estrictos de envases reutilizables para 2030 tendrá un impacto negativo en la huella climática de la Unión Europea”. En concreto, el estudio profundiza en dos escenarios: la comida para llevar en Bélgica y los envases de comercio electrónico en Alemania. El análisis de estos dos casos ha permitido comparar los impactos de los envases de papel, tal y como se utilizan hoy en día, con los de los envases de plástico reutilizable si se aplicaran los objetivos de reutilización para 2030 previstos en el reglamento. Las conclusiones resultantes ofrecen una observación sobre sus impactos ambientales, económicos y sociales.
Una de las principales conclusiones indica que las soluciones reutilizables generarían mayores emisiones de CO2 que el papel y el cartón. Concretamente, se incrementarían hasta un 160% las emisiones de dióxido de carbono liberado a la atmósfera, en el caso de la comida para llevar, y hasta un 40% para el comercio electrónico, tal y como indica el artículo de McKinsey, otra de las fuentes de la investigación.
Se desprende, por tanto, que el papel y el cartón es una vía de embalaje sostenible y reciclable, consecuencia de décadas de inversión e investigación en el reciclaje y en el ecodiseño, defiende la asociación del ramo. Asimismo, según el mencionado estudio, desarrollar un modelo de envase completamente nuevo conllevaría nuevos costes operativos, los cuales se trasladarían principalmente a los consumidores.
En los escenarios analizados en el estudio, se identifica el transporte como el origen, tanto de las emisiones de CO2 como de los costes, ya que los envases reutilizables deben transportarse de vuelta al productor después de su entrega o compra. Esto no sucede en el caso del reciclaje de envases, ya que este proceso se realiza en lugares próximos al consumidor y no junto a su lugar de producción.