El proyecto APD, Advance Pharma Development va a permitir desarrollar terapias personalizadas, sobre todo en el ámbito pediátrico, en el envejecimiento saludable y en medicina regenerativa e ingeniería de tejidos, con el fin de “poder dar servicio a la industria farmacéutica y al sector sanitario”. Esta herramienta ya ha creado sus primeros medicamentos y prototipos biológicos.
La bioimpresora permitirá obtener estructuras tridimensionales de órganos y tejidos y formas farmacéuticas realizadas a través de tecnologías de fabricación aditiva. Esto lo hará gracias a la presencia de “cabezales de impresión de extrusión, chorro de tinta y termofusión”, la biompresora es capaz de “fabricar estructuras 3D complejas, compuestas por cualquier combinación arbitraria de materiales biológicos y células”. Con la incorporación de electrohilado y electroescritura, se ha “adentrado en la regeneración de tejidos” así como en la fabricación de biodispositivos sanitarios avanzados.
Asimismo, han informado que a lo largo de este año incorporarán nuevos componentes basados en tecnologías microinfluidicas para ampliar el campo de aplicación de la bioimpresora a la resolución de nuevos retos biomédicos. En 2024, los investigadores se centrarán en la fase experimental y evolución del software e inteligencia de la máquina, con el objetivo de que los centros hospitalarios y unidades de farmacia puedan contar con bioimpresoras para fabricar imprimidos y bioestructuras.