Desde el pasado 1 de enero, el impuesto grava con 45 céntimos cada kilo de plástico virgen utilizado para la fabricación de este tipo de envases. Distintas organizaciones de varios sectores productivos, no sólo la cadena de valor de los plásticos, sino también la alimentación, la agricultura, las bebidas, la perfumería y la cosmética, la automoción o la distribución, entre otros, habían pedido al Gobierno central que la aplicación del gravamen se atrasara un año, hasta enero de 2024.
Entre las entidades que pidieron la moratoria estaban la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), la Asociación Nacional de Grandes de Empresas de Distribución (ANGED), la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebida (FIAB), la Asociación de Empresas de Detergentes y Productos de Limpieza (ADELMA), la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (STANPA) y EsPlásticos.
EsPlásticos es una plataforma nacional creada en 2019 que aglutina a los diferentes agentes del sector y de la cadena de valor de los plásticos. Sus socios fundadores son el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS), la Asociación Española de Industriales de Plásticos (ANAIP), la entidad enfocada en promover la gestión sostenible de los plásticos (Cicloplast) y la asociación paneuropea de productores de plásticos Plastic Europe.
Nuevo impuesto para el plástico virgen para fabricación de envases
La intensa campaña no dio los frutos esperados dado que el 30 de diciembre, es decir, a solo dos días de su entrada en vigor, se publicó la orden ministerial HFP/1314/2022 del Ministerio de Hacienda y Función Pública por la que se aprobaban los modelos A22 “Impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables. Solicitud de devolución” y 592 “Impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables”.
Preguntado por este medio de comunicación a propósito de su impacto económico e industrial, la plataforma EsPlásticos subrayó que “la implantación de este gravamen no solo en el sector de los plásticos, sino en toda la industria española que utiliza envases plásticos en la producción y en el transporte de todo tipo de mercancías supone una gran pérdida de competitividad”.
“La mayoría de las empresas pagan ya un punto verde por la correcta gestión de residuos e introducir el impuesto implica un doble gravamen que se acabará notando en los bolsillos de los consumidores que verán cómo se generará una subida en el precio de muchos productos de primera necesidad cuyo envase contiene plástico”, declararon las fuentes de EsPlásticos.
Este nuevo impuesto al plástico no reutilizable está contemplado por la Ley 7/2022, de 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que lo considera un “instrumento económico para proteger el medio ambiente, al incentivar comportamientos respetuosos con el entorno natural, corregir externalidades ambientales y prevenir la generación de residuos haciendo efectivo el principio de que el mejor residuo es el que no se genera”.
Lo cierto es que, según diferentes estudios, España es el cuarto país de la Unión Europea con mayor demanda de plástico y sólo se recicla el 30% de éste. A nivel mundial, España solo recicla el 9% del plástico producido. Pero también es cierto que el plástico es un material indispensable en la fabricación de coches, prótesis, teléfonos móviles o jeringuillas, lo que exige su uso responsable y consciente.
Efectos del nuevo impuesto a la industria plástica española
En opinión de ANAIP, este nuevo impuesto, que ya gestiona la Agencia Tributaria, no solo afectará a las empresas fabricantes de envases no reutilizables sino también, de forma directa o indirecta, a todos los sectores que utilizan algún tipo de envase y embalaje de plástico, lo que tendrá asimismo consecuencias para los consumidores.
De hecho, ya hay sectores que alertan de que el impuesto va a diluir la rebaja del IVA de algunos alimentos básicos que se vendan envasados. Es el caso de los olivareros. Este sector ya ha alertado de que los precios continuarán altos a pesar de que el IVA de este producto ha pasado del 10% al 5%. Y culpan a esa nueva tasa.
Con el nuevo impuesto el Estado aspira a recaudar 456 millones de euros este año. Pero, de acuerdo con los cálculos de la FIAB, el impuesto tendrá un impacto directo en las compañías de alrededor de 690 millones de euros, a lo que habría que sumar el de la denominada Responsabilidad Ampliada del Productor, que también contempla la norma, que puede suponer otra carga de unos 1.150 millones de euros. La Responsabilidad Ampliada del Productor estipula que quien vende un producto debe asumir la gestión del residuo que genera.
“Por supuesto que va a generar unos cuantiosos millones de euros de recaudación, que no se van a usar de manera finalista al reciclaje. Para la industria española va a suponer un mayor aumento de costes y precios, dentro del contexto de inflación; la pérdida de competitividad en un momento de caída de demanda general; y las diferencias burocráticas entre movimiento de mercancías en la Unión Europea. Todo esto, en un contexto de incertidumbre, va a afectar, seguramente, a las decisiones de inversión y de empleo de toda la industria española”, declaró a este diario industrial Gaizka Lara, iTALKER y director general de ARANCO, una firma de embalaje industrial con más de 30 años de experiencia en la automatización de los procesos de enfardado.
“Vemos el impuesto que trae la ley como una auténtica chapuza legislativa que solo tiene afán recaudatorio”, opinó Lara.
“El borrador del proyecto de ley en sus inicios llevaba un carácter finalista para potenciar la estructura de reciclaje y la economía circular en España. Puede gustarte más o menos el impuesto; pero, al menos, tenía una finalidad determinada con un objetivo que todos podíamos entender y apoyar. Sin embargo, el proyecto de ley que finalmente se aprueba es sin ese carácter finalista y dicho impuesto pasa a recoger fondos para los Presupuestos Generales”, explicó el directivo de ARANCO.
“La aplicación de la ley es compleja. Falta concreción y no sabemos cómo facturar. Además, el impuesto se suma a la base imposible. Todo esto provoca una gran incertidumbre”, admitió a industry TALKS Natalia Campos, CEO de Enplast, una fábrica de envases plásticos situada en Valdemoro (Madrid).
Debería reinvertirse lo recaudado por Hacienda en canales de recogida y en mejoras tecnológicas, estimó Campos. “Eso no es así, y la situación se agrava porque no hay materiales reciclados de calidad. Es una dificultad. No hay recicladores”, dijo.
Desde ANAIP llevan meses ayudando a sus empresas asociadas a adaptarse a la aplicación de este impuesto, tanto a entender su funcionamiento y aplicarlo correctamente como a detectar y justificar los casos de exención; a promover el uso de plásticos reciclados y a promover los envases reutilizables de plásticos. Para ello pusieron en marcha un servicio de apoyo jurídico junto con un despacho de abogados para resolver las dudas de los empresarios, además de trabajar en la normalización dentro del Comité de plásticos, elaborando normas UNE para establecer requisitos que deben cumplir ciertos envases para que sean reutilizables y evitar así el gravamen.
ANAIP considera que el impuesto y su aplicación están rodeados de incongruencias, lo que ha generado, en su opinión, confusión. La directora de Sostenibilidad de la Asociación, Ángela Osma, y Cristina Galán, responsable del Grupo Sectorial de Sostenibilidad de Envases, llevan desde febrero de 2022 elaborando un documento donde registran las dudas planteadas por los asociados y las respuestas directas resueltas por ellas o recibidas tras consultar con Hacienda o la Agencia Tributaria. El documento, exclusivo para los asociados, crece día a día y ya recoge 300 preguntas.
Esta organización también colabora estrechamente con la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) en el desarrollo y divulgación de las llamadas certificaciones circulares, como las de trazabilidad y contenido de plástico reciclado. Estas certificaciones son herramientas fundamentales para justificar el uso de plásticos reciclados en la fabricación de envases, que está exento del pago del impuesto. Entre las acciones de divulgación de estas certificaciones está su presentación en diversos webinars organizados de forma conjunta con AENOR para resolver dudas de los transformadores.
“Desde la industria apoyamos las políticas que favorezcan la economía circular, pero nos parece fundamental que todas las alternativas de envasado, sobre todo cuando se trata de alimentos y bebidas, cumplan con los más altos estándares de calidad y seguridad nacionales e internacionales (como ya cumplen los plásticos) para garantizar la protección de la salud de los consumidores”, afirman desde ANAIP.
Por otro lado, los expertos de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), ya en noviembre de 2022, alertaron de que el impuesto al plástico no reciclable “crea nuevas obligaciones fiscales inalcanzables para el contribuyente”. Después de analizar el impuesto, prevén “graves problemas” tanto en las empresas como en las aduanas, que no han podido adaptarse a estas nuevas exigencias tributarias dada la existencia de un vacío legal. Añaden también que las empresas no tienen forma de obtener de sus proveedores extranjeros la información relativa a la naturaleza del plástico de sus envases y embalajes y su peso. “Se trata, en definitiva, de un impuesto de gestión casi imposible en la práctica. Todos coinciden en que los costes de gestión administrativa del impuesto excederían en la mayor parte de los casos el importe a recaudar por parte de la Administración Tributaria”, señalaron desde AEDAF.
“Dada la situación actual, con los precios de la energía, la inflación disparada con subidas de más de un 15% en alimentos, no creemos que sea el mejor momento de aplicar una nueva tasa que pone en peligro la viabilidad de las empresas del sector en España y que repercutirá en el bolsillo de los consumidores”, afirmó Luis Cediel, director general de ANAIP.
“La aplicación de un impuesto tan complicado técnicamente requiere de una buena disposición reglamentaria y del tiempo necesario para la adaptación de todos los sectores afectados, no solo el del plástico; sino todos los demás porque son usuarios de plástico. En el caso de España, por parte de las autoridades no hemos tenido ni una cosa ni otra”, subrayó un empresario del sector.
“Durante todos los meses anteriores a la introducción del impuesto hemos tenido desde el sector numerosas reuniones con los ministerios afectados, donde se evidenciaba la dificultad técnica del impuesto, la falta de tiempo para implementarlo y la falta de regulación para la enorme casuística existente. Pero ha imperado la necesidad recaudatoria y hemos recibido de las autoridades un auténtico desprecio por la problemática que dicho impuesto iba a generar”, remarcó esta fuente del sector que trataba de contener su enojo.
Correspondencia del impuesto al plástico con directivas Unión Europea y otros países europeos
La citada Ley 7/2022, de 8 de abril, que deroga la Ley 22/2011, de 28 de julio, tiene como objetivo cambiar los hábitos de consumo y potenciar las soluciones de envasado reutilizables, adaptándose a la normativa europea. Afecta no solo a los envases, sino también a embalajes que envuelven cualquier tipo de producto. La nueva normativa recoge parte de la trasposición de la Directiva SUP (Single Use Plastic) de la Unión Europea, por la que los estados miembros tenían que poner en marcha medidas para reducir los residuos procedentes de productos de plástico de un solo uso. Pero no todos los estados han aprobado las mismas medidas y, de hecho, tan solo Italia y España tenían previsto aplicar una tasa. “Con esto se pone en peligro el mercado interior único de la UE y se perjudica a las empresas españolas frente a las de otros países, lo que reducirá la competitividad de nuestro sector”, añadió Cediel.
“Todo esto es una cuestión política. El impuesto no está en la directiva europea. No lo ha decidido Europa. Es una cosa específica de España. Cada país es libre de transponer la normativa a su manera”, puntualizó la CEO de Enplast. “Se nos está penalizando en vez de buscar soluciones. A nosotros también nos preocupa la sostenibilidad, pero nos tienen que ayudar”, añadió. Campos también consideró que el impuesto tendrá una “repercusión inflacionista en el producto” que “lo asumirá el consumidor”.
Tras la decisión del Gobierno italiano de suspender un año la entrada en vigor del impuesto a los envases plásticos no reutilizables, España es el único país de la Unión Europea que aplica este tributo. Italia, de hecho, dada la complejidad de su aplicación, lo ha retrasado varias veces y está estudiando incluso cancelarlo de forma definitiva.
Desde EsPlásticos, en este aspecto, abogan por favorecer “una mayor armonización fiscal en Europa que no rompa el mercado único, con el objetivo de que impuestos como este no sean específicos sólo en algunos países”.
Fuera de la Unión Europea, pero en el entorno europeo, el Reino Unido ha implementado un impuesto al plástico de un solo uso, pero ha optado por uno de aplicación mucho más sencillo en el que cualquier producto que incluya un 30% de producto reciclado se queda fuera del impuesto.
Conclusiones implementación nuevo impuesto para Envases y Residuos de Envases
El 28 de diciembre, es decir, dos días antes de que entrara en vigor la citada orden del Ministerio de Hacienda que activa el impuesto de marras, el BOE publicó el Real Decreto 1055/2022 de Envases y Residuos de Envases. El núcleo esencial de esta nueva regulación apunta al régimen de responsabilidad ampliada del productor, ya citado anteriormente.
EsPlásticos estimó que este Real Decreto supone “una normativa clave para la consolidación de un sistema económico circular, en la que se han tenido en cuenta muchas de las propuestas de la industria para adaptarse a los cambios”.
Sin embargo, según añadió la plataforma que aglutina a la industria del plástico, “gran parte de las medidas establecidas supondrán un sobreesfuerzo económico para las empresas del sector, en su mayoría pymes y micropymes, a la hora de cumplir los tiempos y porcentajes de adaptación, impactando directamente en su cadena de valor”.
Los nuevos objetivos de reutilización y reducción supondrán, subrayaron desde EsPlásticos, una difícil tarea para las empresas a la hora de cambiar su modelo de negocio y en la sustitución de envases de plástico por otros materiales alternativos, sin incidir en el comportamiento y en su correcta gestión.
“Sustituir un tipo de residuo por otro sin conocer el impacto medioambiental real que supondría el reemplazo por esos nuevos materiales no aporta valor a la economía circular que se busca. El sustituto del plástico debe ser el propio plástico elaborado a partir de materias primas alternativas, reciclable, con contenido en reciclado, biodegradable o compostable”, explicaron desde la plataforma sectorial.