¿Qué ha supuesto para usted ser director general de AEGE en plena crisis energética?
Un importante reto en un momento crítico para el gran consumidor electrointensivo, provocado por los altos precios energéticos que sufrimos. La factura energética es desafortunadamente protagonista absoluta en las industrias electrointensivas y es importante presentar propuestas de forma proactiva para revertir este escenario tan comprometido que afronta la industria en estos momentos.
¿Qué líneas de actuación propone AEGE para paliar los altos costes energéticos a los que está haciendo frente la industria española y alcanzar así un precio eléctrico competitivo?
Probablemente hacen falta medidas de diverso calado para mitigar el impacto de los costes energéticos. Hablamos fundamentalmente de medidas fiscales y regulatorias. La supresión de los impuestos a la generación o la rebaja del Impuesto Especial de la Electricidad ayudan en este sentido, sin olvidar las compensaciones indirectas al CO2 o la activación de las ayudas temporales, como sucede, por ejemplo, en Alemania. Por otra parte, la industria necesita equipararse con países como Francia, Italia o Portugal donde se están adoptando medidas temporales para evitar unos costes en el suministro que hacen inviable económicamente la actividad industrial.
¿Qué medidas son necesarias para garantizar la competitividad industrial a corto y medio plazo?
Como he comentado, en el corto plazo necesitamos acceder a un suministro eléctrico a precios en condiciones similares a los de nuestros competidores europeos, de lo contrario se desequilibra nuestra capacidad de competir. En el medio plazo la estrategia pasa por adquirir energía renovable desvinculada del precio del gas natural y orientada a sus costes de producción, tal y como propone la Comisión Europea.
¿De qué forma hay que apostar por un suministro eléctrico sostenible?
El compromiso de la industria electrointensiva con la descarbonización es firme y esto pasa necesariamente por tener un suministro eléctrico libre de emisiones. Los consumidores reclaman, por tanto, suministros con tecnologías libres de emisiones, lo que implica acelerar la entrada de energías renovables en el sistema eléctrico. De esta manera aseguramos la sostenibilidad medioambiental y mejoramos nuestra competitividad con tecnologías renovables maduras más económicas que las tecnologías fósiles convencionales. Nuestro país cuenta con una ventaja que no podemos desperdiciar.
¿Qué propone AEGE para que la industria electrointensiva avance en su descarbonización y en la integración de energías renovables?
La entrada de energías renovables en el sistema eléctrico no está siendo todo lo rápida que debería. Urge acelerar los procesos administrativos para la obtención de permisos de acceso y conexión, unos procesos que deberían priorizar los proyectos que tengan el respaldo de compra por parte de los consumidores y que estén orientados a costes de largo plazo, alejados de los precios actuales vinculados al gas natural. La industria debe avanzar para maximizar la integración de producción renovable y para ello hace falta que el consumidor industrial cuente con herramientas que le permitan aportar flexibilidad gracias a sus elevados consumos, contribuyendo así a asegurar el suministro. Hay que avanzar hacia este modelo.
De cara a 2023, ¿qué retos afronta la industria electrointensiva?
El principal reto es sin duda la incertidumbre en el precio. Todo indica que 2023 será un año con precios superiores a los de este año, que ya marca el récord absoluto del último cuarto de siglo. Lamentablemente y si no se remedia, la industria electrointensiva sufrirá una importante pérdida de competitividad. Sin medidas de apoyo la actividad industrial se verá seriamente afectada y, a su vez, el empleo y la actividad económica.
