En este sentido, ambos dirigentes se han emplazado a establecer una hoja de ruta para alcanzar la descarbonización de los territorios centrándose en el impulso de la movilidad eléctrica y también del uso del hidrógeno verde como combustible.
Asimismo, el proyecto forma parte de la iniciativa europea «Green Hysland» y nace en la antigua fábrica cementera de CEMEX. Ha sido el primer proyecto mediterráneo que ha recibido financiación europea para su ejecución. Concretamente, la Unión Europea ha destinado 10 millones de euros de los casi 50 que la planta de hidrógeno ha movilizado en total, 3,75 de los cuales llegan a través del Gobierno.
Además, las primeras moléculas de hidrógeno verde se produjeron el pasado mes de diciembre y, desde entonces, la planta ha continuado haciendo pruebas para llegar a generar, cuando se encuentre a pleno rendimiento, 300 toneladas de hidrógeno verde anuales a partir de placas fotovoltaicas, algo que supondrá reducir las emisiones de CO2 en hasta 21.000 toneladas al año.
En cuanto al hidrógeno producido en la planta de Lloseta funcionará entre otras medidas, como carburante de los autobuses de la EMT de Palma. También será fuente de energía para edificios públicos y para el Puerto de Palma y se inyectará en la red de gas de Redexis.