El RDL 6/2022 introduce cambios relevantes de aplicación retroactiva desde el 1 de enero, que dejan la retribución en total incertidumbre hasta la publicación (no antes del 31 de mayo) de los desarrollos del RDL 6/2022, obligando así al sector a funcionar a ciegas.
Asimismo, ante esta situación muchas cogeneraciones van parando su actividad mientras otras deben mantenerla obligatoriamente para atender las necesidades de sus industrias asociadas, acumulando graves riesgos tales como que los cogeneradores puedan gestionar la alta volatilidad de los precios de los combustibles y de la electricidad.
ACOGEN urge al Ministerio a acabar con esta incertidumbre y restablecer la normalidad regulatoria. La Administración debe solucionar las retribuciones y dotar al sector de un marco estable en el que las cogeneraciones puedan operar y abordar las subastas que como confirmaron la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y la ministra de Industria, Reyes Maroto, se celebrarán este mismo año, movilizando más de 800 millones de euros de inversión en cientos de industrias.
Además, el desplome de la cogeneración es grave y adelanta una caída industrial, ya que el 20% de nuestro PIB industrial fabrica con esta energía que supone el 11% de la generación total de electricidad del país y que utiliza el 20% del consumo nacional de gas; la tecnología más eficiente y clave para sectores calorintensivos como el alimentario, papelero, químico, cerámico, refino o textil, que exportan más del 50% de su producción, pilar de la economía nacional con más 200.000 empleos directos.
Por su parte, el RDL 6/2022 supone dos negativas y graves consecuencias para el sector como la retroactividad de los ajustes desde el 1 de enero, una mala praxis jurídica de tiempos pasados que ya desencadenó grandes males para el sector y que deja en papel mojado la confianza legítima con la que la cogeneración viene operando este primer trimestre.
La segunda, relacionada con la anterior, es el plazo de dos meses (antes del 31 de mayo) para establecer las retribuciones de 2022, que supone que las plantas han operado tres meses en un marco anterior que se elimina retroactivamente y desconociendo (hasta finales de mayo) sus condiciones reales.
De igual forma, antes del 31 de mayo debe actualizarse la metodología de la retribución a la operación a aplicar a partir de 2023 y que incluirá la actualización anual de los precios de los combustibles y los derechos de emisión, y de la venta de la electricidad, un mecanismo para adecuar la cogeneración al futuro.