Así lo expuso el jefe de Desarrollo de Negocio del Mercado de Automoción del centro tecnológico Eurecat, Alfred Beltran, quien subrayó que el vehículo eléctrico “es una tendencia muy clara en el sector, aunque también tiene algunos retos asociados que se deben tener en cuenta y que se tienen que intentar solucionar”, como la infraestructura de recarga o la falta de materias primas para la fabricación a gran escala de las baterías o que “los vehículos eléctricos hoy en día son todavía más caros en comparación con los convencionales”.
Desde su perspectiva, “pasaremos también de un modelo de propiedad a un modelo de pago por uso, una evolución que tiene todo el sentido del mundo hoy en día, donde hay grandes ciudades congestionadas, con niveles altos de contaminación y problemas de estacionamiento”. Este potencial se refuerza “si añadimos que el coche lo usamos muy poco, porque la mayor parte del tiempo tenemos el coche aparcado o sin utilidad y, además, nos ahorramos otros factores como el coste de la compra o su mantenimiento”, afirmó.
En cuanto a la conectividad, “estamos hablando a tres niveles”, que son “la conectividad entre vehículos, que nos puede dar información en tiempo real de posibles incidencias que haya en la vía, como un accidente o la presencia de un coche averiado, algún desperfecto en el pavimento o la presencia de hielo”; también hay que hablar de la conectividad entre el coche y la infraestructura, como señales de tráfico o semáforos, y entre los ocupantes del vehículo y el mundo exterior, de manera que la gente pueda trabajar desde el vehículo o se pueda conectar a las redes sociales, entre otras prestaciones, continuó el jefe de Desarrollo de Negocio del Mercado de Automoción de Eurecat.
Otra tendencia de futuro “es que acabe desapareciendo el conductor y sea el vehículo quien tome las decisiones”, detalló Alfred Beltran, que destacó que hay cinco niveles de conducción autónoma. En este apartado, la mayoría de los coches que se están fabricando hoy en día se encuentran ya a niveles 1 o 2, y se estima que dentro de 10 años tendremos vehículos totalmente autónomos (nivel 5). De hecho, especifica, “se están haciendo ya algunas pruebas por parte de grandes fabricantes y la tecnología está más o menos disponible”.
Por otra parte, la necesidad de actualización constante y la importancia cada vez más relevante del software y de la personalización de los vehículos lleva a los clientes a querer productos punteros y de último nivel y se ha convertido en una nueva tendencia que “viene a romper el ciclo natural de los fabricantes que cada seis años lanzan al mercado un nuevo modelo”, una dinámica que “es demasiado tradicional y desfasada para los usuarios actuales, que quieren tener siempre un coche personalizado y con funcionalidades avanzadas”, remarcó David Pardos, desarrollador de Negocio del Sector de la Automoción de Eurecat.
Por este motivo, se han desarrollado las actualizaciones de software del vehículo a través de la nube (Over The Air Update) y el Software como Producto (SaaP), donde el usuario “dispone de un coche con una versión de software inicial que pasado un tiempo puede actualizar con una nueva versión que el fabricante pone a su disposición con mejores prestaciones y características, como ocurre ya hace tiempo con los móviles”, señala David Pardos.
Todas estas tendencias dibujan un escenario marcado por “la rápida evolución del sector de la automoción, tanto a escala tecnológica como de modelos de negocio y esto significa transformación e innovación en todos los niveles, desde las principales marcas y los proveedores hasta los concesionarios y otros agentes de la cadena de valor”, concluyó el director de Desarrollo de Negocio de Eurecat, Guillem Quintana.