BCN3D organizará ese día un evento online en el que se darán los detalles de la nueva tecnología y contará con la participación de su socio de materiales Arkema y de dos de los grandes grupos que han probado satisfactoriamente esta nueva innovación: el fabricante de cristales para el sector de automoción internacional Saint Gobain y la empresa de deportes de motor Prodrive.
El consejero delegado de BCN3D, Xavier Martínez Faneca, se dirigirá a todos los sectores industriales que demandan impresión 3D con una carta para divulgar cómo BCN3D ha logrado este hito en su historia y lo que puede aportar al futuro de la fabricación aditiva en todo el mundo.
A continuación ofrecemos íntegro el contenido de la carta del directivo de BCN3D:
“En BCN3D sabemos lo poderosa que puede ser la fabricación aditiva en manos de los innovadores. Desde que iniciamos el proyecto en 2011, hemos centrado nuestros esfuerzos en acelerar la democratización de la fabricación aditiva haciendo la tecnología más accesible. Creemos que el futuro de la fabricación pasa por la impresión 3D y nuestro objetivo es que ese futuro sea una realidad en los próximos años.
La sociedad exige que la tecnología sea más sostenible; los productos locales se valoran más que nunca, la producción por lotes y la personalización son la nueva normalidad y, para los fabricantes, tomar el control de sus cadenas de suministro en este mundo cambiante es clave. Creemos sinceramente que la tecnología de impresión 3D puede dar un paso adelante para convertirse en una verdadera oportunidad para satisfacer estas demandas. Sin embargo, las tecnologías de impresión 3D existentes aún no han sido capaces de cumplir esta promesa. La elevada inversión inicial y el coste total de la propiedad, la baja productividad y las insuficientes propiedades de las piezas finales pueden obstaculizar una adopción más rápida de la fabricación aditiva.
Tras décadas de externalización de la producción a lugares lejanos en un intento de ahorrar costes de mano de obra, la fabricación aditiva tiene el potencial de facilitar la fabricación local y garantizar que las empresas tengan un mejor control de sus cadenas de suministro. La reciente pandemia ha demostrado los riesgos asociados a este modelo: la vulnerabilidad ante las crisis y la consiguiente escasez, las economías vulnerables y la feroz competencia para obtener productos fabricados en el extranjero. La impresión 3D debería ser capaz de aumentar la competitividad de la industria local para contrarrestar la deslocalización al ofrecer mucha más flexibilidad e inmediatez. Además, la industria manufacturera actual debe centrarse urgentemente en la sostenibilidad: debe esforzarse por reducir las emisiones y disminuir la huella de carbono.
Para impulsar nuestras soluciones hacia esta realidad y alcanzar estos objetivos, tenemos que proveer lo que llamamos Autonomía de la Fabricación: un futuro en el que los innovadores y los fabricantes sean capaces de construir piezas de uso final, con una productividad mejorada y un grado de flexibilidad y accesibilidad que permita una adopción generalizada a escala masiva. Esperamos que dentro de 10 años la impresión 3D deje de ser el socio de nuestros flujos de trabajo de fabricación tradicionales que es ahora y ocupe el lugar que le corresponde como eje de la fabricación. Será entonces cuando podamos ampliar el uso de la impresión 3D y esta tecnología ofrezca todo su potencial a la sociedad.
Hace tres años, bajo esta visión, iniciamos la investigación y el desarrollo de una nueva tecnología de fabricación aditiva con la vista puesta en la construcción de este sueño. Esta nueva tecnología es totalmente diferente de nuestra actual plataforma tecnológica de impresoras 3D FFF, que seguiremos desarrollando. Después de alcanzar la madurez con esta tecnología, ahora sentimos que es el momento de que nos acompañe en este viaje hacia lo que creemos que es el futuro de la fabricación”.