Se trata de un proyecto que persigue cubrir la escasez de elementos fundamentales para la electromovilidad y las tecnologías eólicas, señalan. Los imanes “de tierras raras”, compuestos por materiales de distinta naturaleza, son importados de China en un 98% de los casos. Para lograr los objetivos medioambientales en electromovilidad y tecnologías eólicas, los consideran “imprescindibles”.
Este proyecto se suma al Programa de Nanotecnología para Materiales Críticos y Sostenibilidad del proyecto Excelencia Severo Ochoa, concedida al IMDEA Nanociencia en 2017, el cual ha sido “recientemente renovado” por cuatro años, según el comunicado. Este instituto trabaja para dar una “solución integral necesaria en la Unión Europea”, en línea con el plan europeo de reciclaje en el que 20 centros y 13 empresas colaboran con el fin de “garantizar un suministro continuado de estos componentes”. Son acciones que “cubren desde el procesado de óxidos de tierras raras” que provienen de yacimientos mineros a la elaboración de imanes “permanentes” de las mismas, así como su reciclaje.